La sombra de Florentino Pérez es muy alargada en el mundo del fútbol. El dirigente del Real Madrid fue recientemente nombrado presidente de la Asociación Mundial de Clubs de Fútbol, un gesto que aplaudió la FIFA, cuyo presidente, Gianni Infantino, mantiene excelentes relaciones con Florentino desde hace años además de un reconocido madridismo. La FIFA quería más participación del Madrid en las altas esferas del fútbol internacional. Y lo consiguieron. ¿Le devolverán el favor?
Es imposible demostrarlo. Rumores, suposiciones y conspiraciones han existido y existirán en el mundo del balompié. Sin embargo, lo que se vivió el martes por la noche en el Bernabéu es la profanación del todopoderoso VAR en su máxima expresión. Y, cómo no, en favor del Real Madrid.
No se trata ahora de discutir el nivel de juego del equipo entrenado por Zidane, uno de los alumnos aventajados de Guardiola que ha conseguido recuperar el buen juego del club blanco como no se veía desde hace tiempo. El Madrid jugó bien y empató. Pero las cosas podrían haber ido de otra forma si el árbitro, el portugués Artur Manuel Soares Dias, no se hubiese dejado comer por un intimidatorio Bernabéu.
Intimidado por el Bernabéu
El colegiado luso se meó en los pantalones, con perdón de la expresión, cuando ecuchó rugir a un Bernabéu que también supo amedrentar a Neymar con sonoras pitadas cada vez que el brasileño se acercaba al saque de esquina. Y se meó en los pantalones porque corrigió una decisión equivocada con otro error todavía peor. Un error manifiesto. Flagrante. Bochornoso.
El primer fallo del árbitro consistió en no señalar penalti de Courtois sobre Icardi. El guardameta belga, desubicado en el regreso de Keylor Navas a la que fue su casa durante tantos años (y que le recibió como si todavía estuviese en casa), cometió un error fatal, impropio del nivel que venía exhibiendo en los últimos partidos, y se pasó de frenada para arrollar al delantero argentino. La acción, pese a producirse al borde del área, era un penalti como una casa.
Ahí vino el primer error de Artur Dias. En lugar de señalar penalti, pitó falta fuera del área y, por tanto, expulsión con roja directa a Courtois por ser el último hombre. Si hubiese sido penalti no habría sido expulsión según reza la nueva normativa de esta temporada.
Falta inexistente
Fue entonces cuando intervino el VAR con el aviso al árbitro desde la sala VOR. En un primer momento parecía que le recomendaban corregir la decisión para que señalase penalti y retirase la roja a Courtois. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Le indicaron la existencia de una posible falta inmediatamente anterior a la acción del penalti que podía invalidar toda la jugada.
Esta situación está prevista en el reglamento. Si el VAR interviene por un penalti dudoso también puede revisar si existe una infracción inmediatamente anterior cometida por el equipo atacante, el que va a ser beneficiado con la pena máxima. Y fue ahí donde el señor Artur Dias se cubrió de gloria.
Una supuesta falta, del todo inexistente a ojos de la mayoría, cometida sobre Marcelo justo antes de la acción de contragolpe que originó el penalti y que el colegiado no estimó oportuno señalar al verla en directo a pesar de estar a un solo metro, fue la excusa a la que se agarró el árbitro portugués para arreglar ese desaguisado en forma de errores arbitrales. Una acción, además, que en circunstancias normales de partido no se habría entrado nunca a valorar.
El Madrid estará en el bombo
¿Se aplicó correctamente el reglamento? Sí, en cuanto la normativa del VAR permite rearbitrar una acción cometido inmediatamente antes de la acción de penalti. ¿Acertó el coleagiado en la interpretación de la jugada? Claramente no. De una posible expulsión a Courtois o de un penalti de libro, se optó por dejar ambas sanciones en nada por señalar una falta completamente inexistente sobre Marcelo.
Estamos ante la primera gran ayuda arbitral del año a un Madrid que, de haber perdido contra el PSG, se podría haber complicado el pase a los octavos de la Champions. La opción de quedarnos sin el Madrid en los bombos ya está descartada. El primer día que realmente se la jugaban, tuvieron favor.