Florentino Pérez sigue mirando de reojo al rendimiento del equipo. Zinedine Zidane no acaba de convencer y en los aledaños del Santiago Bernabéu ya empiezan a sonar nombres como el de José Mourinho como futuro entrenador blanco. El galo llegó para sustituir a Santiago Solari, una figura muy querida en el Real Madrid.
El exentrenador argentino vuelve a formar parte del club. Después de nueve meses, regresa a la entidad ocupando un cargo institucional. Concretamente, es el nuevo embajador de los merengues y ya se estrenó el pasado lunes en la inauguración de un nuevo curso de la Escuela Universitaria Real Madrid.
Butragueño y Solari en la Universidad del Real Madrid / EFE
Solari se mostró entusiasmado con su nuevo cargo mientras espera la llamada de algún club para reanudar su etapa en los banquillos. Sonó para el Celta de Vigo pero el escogido fue Òscar Garcia. Florentino Pérez ha encontrado un cargo momentáneo para ocupar al entrenador.
Buena relación
El presidente del Real Madrid lo pasó muy mal cuando le tocó despedir al argentino. El que fue entrenador del filial sacó al club del apuro tras la destitución de Julen Lopetegui y el mal rumbo del equipo le costó el cuello tras caer eliminado de la Champions League contra el Ajax de Ámsterdam.
Desde que cogió el equipo firmó 22 victorias, dos empates y ocho derrotas. Para el recuerdo quedará el partido contra los holandeses y la eliminación de la Copa del Rey contra el Barça. También lo recodarán muchos aficionados por ser el primero en confiar en Vinicius Junior.
Una foto de Santiago Solari durante un entrenamiento del Real Madrid / EFE
Tuvo personalidad y autoridad. Sentó a indiscutibles como Marcelo o Isco y dio cancha a jóvenes. Más allá del brasileño, tuvieron protagonismo Sergio Reguilón, Marcos Llorente y Fede Valverde. No priorizó los galones ni las vacas sagradas. Su único objetivo era ganar y ser fiables aunque no lo consiguió.
Santiago Solari hizo todo lo que le pidió el presidente. Fue duro y contundente con los jugadores, pero los resultados le costaron el cargo. Ahora, le llega la oportunidad de volverse a vincular al club de su vida mientras espera una oferta para entrenar. Una forma de Florentino de pedir perdón.