Victoria de tranquilidad, pero este Real Madrid no aprende. Volvió a cometer los mismos errores pasados y los tres puntos se tambalearon hasta el pitido final. Los blancos acabaron pidiendo la hora pese a que en el minuto 61 el partido parecía sentenciado tras los goles de Benzema, Hazard, Modric y James (4-2).
El Granada luchó hasta el final, pero tras una primera parte muy lejos de su mejor versión, faltó tiempo para culminar una remontada que empezó en el 69 con el tanto de Machís de penalti y acercó Duarte en un córner poniendo el 3-2 en el luminoso.
Los blancos se complicaron, una vez más, la vida sin explicación. Tres tantos a favor y una victoria casi asegurada que, como ocurrió contra el Levante, estuvieron en la cuerda floja después de que el Granada recortara distancias en apena ocho minutos.
Tres jugadas
Tres puntos para afianzar el liderato y poner presión al Barça que este domingo recibe al Sevilla en el Camp Nou, pero que no acaban con los males del Madrid. Sin un gran juego, mucho menos vistoso que otras jornada, pero con mayor efectividad. De un posible penalti de Ramos en el minuto uno, que el VAR desestimó, llegó el primer tanto de los blancos a la contra. Bale mandó un esférico medido al espacio para que Benzema batiera a Rui Silva antes del minuto dos. Tanto de tranquilidad que no hundió al Granada, pero que dio vida y juego a los blancos.
Pocas combinaciones, una ausencia ofensiva por la banda izquierda preocupante --Carvajal ocupó el carril de Marcelo-- y muy pocas ocasiones claras ante un Granada organizado que apenas tuvo ocasiones en la portería que defendía Areola. Y de la falta de magia y juego colectivo, nació del error y la insistencia el 2-0. Hazard se estrenó con la elástica blanca desde que es jugador del Real Madrid para batir al cancerbero del conjunto andaluz con una vaselina. A trompicones, pero válido de todas formas.
Una foto de Eden Hazard celebrando su primer gol con el Real Madrid / EFE
Un resultado cómodo que amplió Modric con un golazo por la escuadra. Sin oposición y evidenciado la falta de clarividencia del Granada. 3-0, sentenciado, pero no, a sufrir.
Casi remontada
El Granada tenía todo perdido, pero la inexplicable jugada de Areola, que se durmió y cometió un penalti de prebenjamín dieron alas a un equipo que ya tenía todo perdido en el Bernabéu. Y en una jugada ensayada, la pizarra volvió a generar muchas dudas en el madridismo. Gol de Duarte y nerviosisimo en el estadio blanco.
En la capital no hay forma de que se termine un partido de una forma tranquila. Y es que pese a que James cerrara el encuentro con el cuarto tanto de la noche en el añadido y con el Granada volcado en ataque, las sensaciones no se reflejan en el marcador. El colombiano también estrenó su casillero particular esta temporada.
Liderato para el el parón de selecciones, pero muchas dudas. Los puntos se quedan en el Bernabéu, pero el sufrimiento y las dudas se mantienen.