Borrón y cuenta nueva. El Real Madrid llegaba al duelo frente al Sevilla en uno de los peores momentos de los últimos meses. La derrota en el Parque de los Príncipes había hecho mucho daño en el seno del madridismo. No tanto por el signo del resultado, ni por lo abultado del mismo, sino por la imagen que dio el conjunto blanco en el partido europeo contra el París Saint-Germain.
Por si fuera poco con la situación que atraviesa, debía medirse al que era el líder hasta esta jornada, y en el Sánchez Pizjuán, feudo siempre complicado. El escenario y el momento no auguraban nada bueno, pero de forma sorprendente la entidad de Chamartín se repuso del golpe del pasado miércoles.
Alto voltaje
Parecía un equipo nuevo, totalmente distinto al del Parque de los Príncipes. Aunque 10 de los 11 jugadores del once repitieran titularidad. En cuestión de cuatro días Zidane logró ordenar tácticamente a sus pupilos y, a diferencia del duelo europeo, el equipo blanco realizó una presión con sentido que comprometió la salida de balón del Sevilla.
Jesús Navas pelea por un balón con Ferland Mendy y Eden Hazard / EFE
Los de Lopetegui no se arrugaron. El técnico vasco, que se enfrentaba por primera vez a su antiguo conjunto, planeó una presión muy alta con las líneas muy adelantadas. La idea de juego de ambos equipos deparó una primera mitad muy intensa pero privó a cualquiera de los dos conjuntos de hacerse con el control del encuentro.
De hecho, hubo que esperar 33 minutos para ver el primer tiro a puerta del encuentro. Y no procedió de una jugada elaborada, sino de un error del sevillista Fernando. El brasileño perdió el esférico en una zona muy comprometida, lo que facilitó que Hazard se plantara solo ante Vaclik. El guardameta hispalense desbarató el disparo del belga. Hizo lo mismo cinco minutos después a tiro de Carvajal, e impidió que el marcador se moviera antes del descanso.
Siempre Benzema
Tras la reanudación el guión cambió radicalmente. Ninguno de los dos equipos tenía fuerzas para mantener la presión, de forma que el Sevilla se hizo con el balón y el Real Madrid se limitó a esperar y salir al contrataque. El conjunto de Lopetegui tocaba con criterio y de forma rápida, pero fue incapaz de llegar a la portería de Courtois. El arquero belga gozó de uno de sus partidos más plácidos desde que llegó a Chamartín.
Benzema celebra su gol frente al Sevilla / EFE
Cuando mejor estaban los locales llegó el tanto de los blancos. Carvajal llegó hasta línea de fondo completamente solo y tuvo tiempo suficiente para pensar cuándo y cómo realizar el centro. La puso medida al área pequeña, dónde estaba el de siempre, Benzema, que con un remate certero envió el balón al fondo de la red.
Tras el tanto del galo el Sevilla se volcó en ataque, pero siguió sin encontrar un resquicio por el que hacerle daño al Real Madrid. El único disparo a puerta acabó dentro, obra de Chicharito, pero el delantero mexicano se encontraba en posición antirreglamentaria. El cuadro hispalense terminó agotado y fue incapaz de poner en aprietos a un equipo que, pese a las dudas que crea con su juego, es líder del campeonato.