Era una de las promesas del fútbol mundial, pero la falta de oportunidades y un fichaje excesivamente prematuro convirtieron durante tres años la carrera de Martin Odegaard en una montaña rusa. Subidas y bajadas en las que nunca pudo consolidarse como madridista. El afán de Florentino Pérez por hacerse con todas las posibles promesas del fútbol, y que se mantiene hoy en día como por ejemplo con Vinicius Jr., han dejado en la estocada a distintas estrellas.
El noruego ha vuelto a su mejor versión en la Real Sociedad de Imanol Aguacil, pero su pasado por Chamartín no fue sencillo. Tras pasar por el Castilla y salir cedido en varias ocasiones, el centrocampista se ha consolidado en la Liga española en el equipo vasco. Una cesión que podría devolverle al Bernabéu la próxima temporada, pero que no estará exenta de polémica.
Mientras el madridismo se ha preguntado por qué se abonaron cuatro millones de euros por un jugador que apenas tuvo oportunidades, Football Leaks desveló recientemente que el pago por el jugador incluyó otras inversiones inesperadas y muy inusuales.
Favor familiar
La información, revelada por el portal y publicada por el diario noruego Verdens Gang, ha destapado otro de los escándalos internos de su traspaso. Por aquel entonces, cuando el jugador fue anunciado como futbolista del Real Madrid en 2015, el padre del futbolista, Hans Erik Odegaard, entrenaba como auxiliar al Mjondalen, un equipo de la segunda división noruega y tampoco hablaba español.
El jugador se trasladó a la capital española y con él lo hizo su padre quien, repentinamente, obtuvo una plaza como entrenador del alevín B de La Fábrica. Un trabajo para facilitar su adaptación al país a razón de tres millones de euros. En el contrato laboral del padre del jugador, y según sostiene Football Leaks, figuraba un sueldo anual de un millón de euros divido entre lo que computaba como salario de entrenador (100.000 euros) y lo que computaba como bonificación por contrato, que ascendía hasta los 900.000 euros, aunque nunca llegó a ejercer como tal.
Un millón que, multiplicado por los años que Odegaard estuvo en Valdebebas, suman un dispendio de tres millones de euros. Exactamente el mismo tiempo que el centrocampista estuvo vinculado al Real Madrid antes de renovar de nuevo. Un sueldo fuera del alcance de cualquier técnico de la casa blanca en esa categoría que ronda los 12.000 euros anuales.
Mejor pagado que Zidane
La llegada del padre no solo respondió a un 'enchufe' laboral, sino que llegó a cobrar más que Zinedine Zidane, que por aquel momento era el entrenador del Castilla y que percibía 600.000 euros anuales. Un fichaje de cuatro millones que acabó ascendiendo a siete y una posible infracción laboral.