Escasez de ideas, soluciones y de pegada ofensiva para un Real Madrid que está obligado a volver a ganar, y sobre todo, volver a competir. Zinedine Zidane lidera su cuarta temporada, en su segunda etapa en el Santiago Bernabéu como entrenador, a un Madrid que se presentaba revolucionario y que sigue con los mismos jugadores de siempre y, con ello, las mismas carencias. Tres onces distintos en tres jornadas, y solo una victoria.
En total, cinco puntos y muchas dudas en todos los aspectos tácticos del equipo. La incapacidad para convertir en gol las ocasiones claras castigan a una defensa que de por sí hace aguas, pero que no cuenta con un marcador favorable. Para ello, el técnico francés analiza las distintas posibilidades que tiene en su libreta.
Este domingo, probó con un 4-4-4-2 con Jovic como titular junto a su intocable Benzema, pero ni con un killer de área y un nueve más mediapunta que delantero centro, pudieron superar al Villarreal en La Cerámica. Dos empates consecutivos y una lectura clara: falta gol. Incluso Casemiro lo reconoció al termnar el partido, gol y sacrificio colectivo para defender.
Como siempre
Bale tuvo que sacar las castañas del fuego para un Madrid atascado en ataque, especialmente en zonas de finalización. Y con Jovic adaptándose la responsabilidad recae en el único que mantiene el buen nivel, pero sigue carente de gol: Karim Benzema. El francés brilló ante el Valladolid con un el único tanto de la noche, pero erró disparos claros contra el Villarreal que reviven los fantasmas del pasado.
Una foto de Karim Benzema celebrando su gol ante el Valladolid con Sergio Ramos / EFE
Cuando Cristiano marcaba diferencias y Benzema se limitaba a asistir y marcar algún golazo para reivindicar su talante. Sin el portugués en el verde por segunda temporada, el madridismo necesita la mejor versión de Karim. La que mostró en el tramo final de la pasada campaña y que parece resistírsele de nuevo esta temporada. No cuenta con socios con gol, a falta de ver la evolución de Jovic, y las alternativas en el banquillo no son más esperanzadoras. James e Isco, ahora lesionados, y Asensio fuera casi toda la temporada, son goleadores de segunda línea, y las alternativas de Zidane son escasas: Bale y Vinicius Jr.
Negados de cara a gol
El galés ha renacido de sus cenizas, pero el brasileño se ha desinflado como un globo de feria. Fue la sensación la temporada pasada hasta que se lesionó contra el Ajax, pero este año parece otro. Sin confianza --tampoco se la da Zidane-- sin velocidad y excesivamente precipitado. Entró por un Lucas Vázquez apagado y gozó de 15 minutos que desaprovechó. Impreciso, sin regate ni desborde, y protestando un penalti inexistente que representó la desesperación del Madrid en ataque.
Ambos son protagonistas de la crisis del Madrid. Uno no consigue tirar del carro y el otro apenas aporta. Dos escopetas de feria de cara a portería para un equipo muy necesitado.