Nuevo tropiezo del Real Madrid y ya es el segundo consecutivo. Esta vez el empate maquilló el partido (2-2), pero las dudas son las mismas. Los blancos no se desquitan de sus complejos y ante la complicada visita a La Cerámica no pudieron contra un Villarreal que supo sufrir y ser determinante en el área. Muy pocas ocasiones del submarino amarillo pero muy efectivas que contrastaron con la capacidad blanca de generar, pero no de convertir.
Sin puntería, los blancos dieron alas al conjunto de Javier Calleja que supo aprovechar los errores de un Madrid que hace aguas en defensa. Ramos le regaló el esférico a Gerard Moreno y Courtois no detuvo el balón tras una primera intervención en el primer tanto del encuentro. Con partidos como este quizás Florentino cambia de opinión a última hora sobre la venta de Keylor Navas.
Los fantasmas
El Madrid ha empezado la temporada como la acabó y la victoria ante el Celta se asemeja más a un espejismo que a una realidad. Ni los fichajes, ni la dinamita ofensiva son capaces de decantar la balanza del lado blanco. Los blancos generan más, pero no tienen un killer de área.
En la capital tienen dudas. Y no precisamente en el Wanda Metropolitano. El Real Madrid se estrelló contra sí mismo. Con un once inédito hasta la fecha, Zidane dio entrada a Jovic junto a Benzema y Bale. La BBJ de la que solo el segundo, de nuevo reivindicativo, parece tener algo más que aportar que el resto de sus compañeros.
Si la defensa hace aguas, la delantera no afina la puntería. Como ocurrió ante el Valladolid, los blancos tuvieron infinidad de ocasiones para irse al descanso con una holgada ventaja en el marcador, pero solo Bale pudo poner en el empate en el último suspiro de la primera parte. Sacrificado en defensa, igualó el encuentro para dar oxígeno al Madrid.
De ser un repudiado y un problema para el madrisimo, Bale está callando a muchos. Sobre la bocina, y cuando mejor estaba el Villarreal, tras el gol de Moi en el 74, apareció el galés para cocinarse un gol él mismo. A falta de cuatro minutos de una nueva hecatombe. Doblete y un punto para seguir sumando en este difícil inicio de competición. Su partido, lo empañaron dos amarillas consecutivas que le mandaron al túnel de vestuarios en el 92. Absurdo.
La portería, un problema
Los halagos hay que ganárselos en el verde y Courtois está muy lejos de la versión que ofreció en el Atlético de Madrid o el Chelsea. Es el mismo de la temporada pasada y la sombra de Keylor Navas, de seguir así, sola hará que crecer tras su marcha. Zidane no podía creerse lo que sucedía en el verde y seguro que por su mente pasó en algún momento la decisión que está a punto de hacerse efectiva: la venta del costarricense.
El Madrid no tiene portero. No es seguro en el juego aéreo, en las salidas, ni tampoco con los pies. Para lo justo, pero no es un salvador y con la defensa que tiene el técnico francés, un cancerbero capaz de hacer milagros es una obligación. Una obligación también es la de marcar goles. Benzema, que mantiene su buen juego por encima del resto, necesita afinar la portería. Marca lo imposible y es incapaz de convertir las ocasiones claras. En su línea habitual desde que viste de blanco.
El Villarreal mereció más y los blancos también se van de parón en plena crisis. A Zidane se le acumulan los problemas, con los lesionados, y con el único jugador determinante sancionado para el próximo encuentro ante el Levante. Cinco puntos de nueve.