La temporada 2018-19 fue extremadamente convulsa para el Real Madrid. Crisis internas, tres entrenadores en apenas nueve meses y unos resultados decepcionantes. El conjunto blanco se quedó sin opciones de títulos en el mes de marzo tras caer ante el FC Barcelona en Copa del Rey primero, en Liga después y, posteriormente, contra el Ajax en Champions.
Uno de los grandes afectados por la inestabilidad de la entidad de Chamartín fue Julen Lopetegui. El técnico vasco aceptó la oferta de Florentino Pérez días antes de empezar el Mundial con la selección española, fue despedido y lo apostó todo al Real Madrid. En Chamartín fue destituido tras la humillante derrota del Camp Nou (5-1), apenas cinco meses después de haber tomado el cargo.
Nueva oportunidad
Después de unos meses de descanso para asimilar todo lo que había ocurrido, Julen tomó las riendas del Sevilla. Un nuevo proyecto, el más ambicioso de su carrera tras los del Madrid y la selección, para redimirse de un año fatídico y reivindicarse como un entrenador capaz de alcanzar grandes cotas.
Julen Lopetegui en su presentación con el Sevilla / EFE
El equipo hispalense ha cambiado prácticamente todas sus piezas. Ha perdido a sus dos grandes referentes, Ben Yedder y Sarabia, y de la columna vertebral del pasado curso solo quedan Banega, Jesús Navas, Carriço y Vaclik. El cuadro de Nervión se estrenó en Liga el pasado domingo contra el Espanyol, equipo que teóricamente estaba más rodado después de haber disputado dos previas de Europa League.
Y, de forma relativamente sorprendente, el Sevilla pasó por encima del conjunto blanquiazul. Dominó el encuentro durante los 90 minutos, llevó los tempos del partido y ganó con una facilidad inesperada. Lopetegui se estrenó con victoria gracias a los tantos de Reguilón en la primera mitad y de Nolito en la segunda.
Reguilón, excelso
La estrella del duelo fue, sin duda alguna, Reguilón. Deshauciado por Zidane tras el fichaje de Ferland Mendy, Sergio se reivindicó sobre el verde de Cornellà-El Prat y demostró que está preparado para jugar en Primera División, y también para asumir el carril izquierdo del Real Madrid. No lo hará, como mínimo, hasta dentro de un año.
Sergio Reguilón celebra el segundo gol del Sevilla / EFE
El canterano se exhibió. Fue un seguro atrás y, sobre todo, un peligro constante en el ataque sevillista. Llegó hasta línea de fondo con suma facilidad, se asoció con sus compañeros, acertó en la mayoría de sus decisiones y encontró premio a su actuación anotando el gol que abrió el marcador. Es pronto para extraer conclusiones, pero si Reguilón mantiene este nivel, Zidane habrá cometido un error prescindiendo de él.
Lopetegui puede demostrar a Florentino Pérez que se equivocó destituyéndolo tan rápido mientras el carrilero parece destinado a evidenciar que el Real Madrid no necesitaba gastar 48 millones de euros en Ferland Mendy teniéndolo a él a coste cero. Queda mucha temporada, pero las sensaciones que dejó el Sevilla en su primer encuentro fueron excelsas.