Florentino Pérez no podrá, o eso parece de momento, convencer al Manchester United para que deje salir a Paul Pogba de Old Trafford. Al menos ese es el mensaje que desde tierras británicas se da al mandatario blanco. Negativa tras negativa es momento de que el jugador entre en escena y evidencie su incomodidad en el club inglés para poder forzar la operación ya sea para poner rumbo a Madrid --su destino predilecto-- o regresar a Turín --una opción que tampoco le descontenta--.
Es la petición expresa de Zinedine Zidane y una de sus promesas antes de convencer al técnico francés para que retomara las riendas del equipo, pero mientras el club inglés se niega a desprenderse de una de sus máximas estrellas, Florentino tiene otras obligaciones que le impiden insistir: las ventas.
La plantilla del Real Madrid pesa demasiado, hay muchos sueldos demasiado elevados, no hay sitio para todos y además, y como urgencia principal, debe encontrar salidas de envergadura para encontrar el balance que exige el Fair Play Financiero de la UEFA. De momento la operación salida ha sido parecida a la del Barça. Bajas obligatiorias pero menores para empezar a oxigenar el vestuario y también el avión que despegó a Montreal este martes. Sin Marcos Llorente, Theo Hernández, Raúl de Tomás, Kovacic, Luca Zidane, Reguilón y Odegaard, estos tres últimos en calidad de cedidos, Florentino ha recaudado 125 millones de euros. El trabajo duro está por venir.
Los pesos pesados
Todas las salidas han sido de jugadores de proyección pero con menor peso en la plantilla blanca y ahora, a mitad de mercado --e incluso menos si se tiene en cuenta el calendario de la Premier League que cierra el ocho de agosto-- Florentino empieza a jugar a contrarreloj con algunos futbolistas de los que espera sacar tajada. Florentino necesita 200 millones de euros para igualar balances y, más tarde, poder pensar en Pogba.
El primero de todos es Gareth Bale, que no quiere salir del Bernabéu y que de momento ha ganado su primera batalla. Se encuentra con el equipo en la pretemporada y los clubs que se han interesado por él no le convencen, o no ofrecen el montante económico al que aspira Florentino Pérez. También espera que Isco Alarcón, quien no viajó a Canadá porque será padre en los próximos días, pueda ser uno de los que solventen las diferencias en las cuentas blancas. No es una venta proritaria porque es un jugador del gusto de Zidane, pero su rol volverá a ser el de suplente y el escenario no convence al malagueño.
Con cartel, pero no galácticos
Mientras el 11 y el 22 blancos son dos casos muy atractivos para el Madrid existen otros jugadores con un gran cartel en Europa, pero no suficientemente galácticos como para competir en el nuevo Madrid que se viene. Todos están en el mercado y el Madrid valora su posible salida. Entre ellos destacan James, Lucas Vázquez y Mariano Díaz completan esa lista de transferibles.
Todo apunta a que el colombiano recalará en el Nápoles de Carlo Ancelloti, mientras que Lucas y Mariano tienen ofertas de la Premier que gustan en el Santiago Bernabéu. Cinco jugadores de campo para reducir la masa salarial del primer equipo y poder afrontar otras incorporaciones.
Las salidas empiezan a preocupar a Florentino y el resto de clubs lo saben. Apurar hasta finales de agosto solo puede reducir el precio de las ventas.