Isco Alarcón tiene dudas. Su rol en el Real Madrid que se viene está en el punto de mira y el regreso de Zinedine Zidane no augura buenas noticias para el malagueño. Desde que llegó a Concha Espina en 2013, el internacional español ha pasado por diferentes etapas, pero siempre se ha mantenido en la irregularidad a la que condena el banquillo.
Una situación que llegó a su límite esta pasada campaña bajo las órdenes de Santiago Solari. El escenario es incierto e Isco no quiere que se repitan situaciones pasadas. Banquillo y segundas competiciones para un futbolista que se considera, y es, un jugador de primer nivel mundial. Asimsimo, la llegada de Hazard, la presencia de Vinicius y de otros jugadores de banda pone en jaque su protagonismo en el Santiago Bernabéu.
Una situación que ha llamado la atención de algunos grandes de Europa que ven en él una oportunidad de reforzar sus plantillas. Desde la capital aseguran que no está en venta, pero Florentino sabe que necesitará vender para cumplir con el fair play financiero de la UEFA e Isco es uno de los señalados para llenar las arcas del Real Madrid.
Guardiola, atento
Florentino tampoco tine especial estima por el malagueño y sabe que su cartel en Europa es tentador. De venderlo, el empresario español esperaría percibir por el jugador alrededor de 70 y 80 millones de euros, una cifra que el Manchester City de Pep Guardiola podría asumir perfectamente.
Guardiola le descartó en ocasiones pasadas, pero sabe que es un jugador de un perfil similar al de un pilar en los citizens: David Silva. Razón por la que podría recurrir al español como sustituto. El canario, por su parte, anunció que este año será su último en la Premier League e Isco podría relevarle en una posición que comparten con características muy similares. Asimismo, para el 22 blanco recalar en el City no sería una mala opción si el técnico catalán le asegurara el protagonismo y la continuidad que necesita para recuperar su mejor versión.
El centrocampista tiene contrato hasta 2022 y su deseo es el de seguir en el Santiago Bernabéu, pero las dudas que ofrece la presencia de Zidane en el banquillo podrían cambiar sus planes de futuro.