Casualidad o no, Marco Asensio se ha buscado un problema gordo. Un año difícil en el Santiago Bernabéu, con muy poco protagonismo dadas las lesiones y a un muy bajo nivel. Una situación que se suma a las declaraciones que todavía resuenan entre el madridismo: "No soy yo quien debe tirar del carro" espetó sin complejos.
Asensio tenía una oportunidad de oro para curarse en salud y en humildad. Representar a España en el Europeo sub-21 junto a otros compañeros como Vallejo o Dani Ceballos. El mallorquín no respondió a la llamada de la selección. Poco pudo hacer el entrenador nacional, De la Fuente, que se resignó sin hacer alegaciones, pero su ausencia se nota.
Marco ya es jugador de la absoluta. Jugó bajo las órdenes de Robert Moreno contra las Islas Feroe y Suecia, y su negativa representar a España no ha gustado. Impropio de un jugador que necesita recuperar la confianza y demostrar que no se le caen los anillos por bajar un escalafón por su país. Impropio de un jugador que todavía tiene mucho por demostrar y que solo destelló en su primera temporada de blanco con el técnico francés para toparse con un muro que él mismo construyó. Dejó retratados a todos aquellos, como el propio Zidane o Jorge Valdano, que se atrevieron a compararle con Messi y su zurda.
La polémica
Nadie le puede echar en cara que tras la mala temporada del Real Madrid, donde apenas ha sido protagonista, el chaval quiera desconectar para ponerse a punto para la próxima temporada. Pero su participación en la competición era, en primer lugar, una necesidad nacional dada su calidad y, en segundo lugar, una obligación propia vista su situación.
Una foto de Marco Asensio durante un partido del Real Madrid / EFE
Asensio quiere seguir en el Bernabéu, pero ni Zidane puede prometerle minutos en la nueva plantilla que se viene, ni Florentino está para tener compasión. Pretendientes no le faltan. La Premier le llama y otros españoles ya han preguntado por una posible cesión del mallorquín.
¿Oportunidad perdida?
El europeo se presentaba como la oportunidad para reinvidicarse ante Zidane. Demostrar que su ego personal queda relegado a un segundo plano cuando se trata del colectivo. Hacerle ver que puede ser un jugador decisivo para el Real Madrid. Y, de no ser así, revalorizarse en el mercado. Su fotografía de vacaciones en una piscina con el mar de fondo 'cargando las pilas' deja mucha que desear de un futbolista de élite. Todos se van de vacaciones rodeados de lujo, pero el escenario de Asensio era distinto.
Su decisión es más cercana a un jugador consagrado que decide descansar por su bien y el de su club que el de un futbolista de apenas 23 años que necesita hacerse hueco en un Madrid que dominarán los nuevos galácticos de Florentino. Decisiones que tomaron en su día Cristiano Ronaldo, ya entrado en los 30, o Leo Messi también por las mismas razones.
La banda izquierda de Concha Espina llevaba su nombre tras la salida del astro portugués, pero muchos entre el madridismo señalan que del luso solo le ha quedado el ego. Es la decisión de Asensio, pero en ocasiones, algunas pasan factura definitiva.