Está a tiro, aunque en Manchester lo califiquen de intransferible. Paul Pogba quiere cambiar de aires y abandonar la Premier League en busca de "un nuevo desafío", tal y como él mismo espetó desde Tokyo. Unas declaraciones que recuerdan al método que usó Eden Hazard tras ganar la Europa League con el Chelsea y que el francés espera que tengan el mismo efecto en Old Trafford.
Es otro de los fichajes que pidió Zidane a Florentino Pérez para regresar al mando del equipo, pero su llegada --además de suponer un desembolso de más de 100 millones de euros-- conllevaría la salida de algún peso pesado del vestuario de Valdebebas. En concreto dos jugadores están en el punto de mira y en la consecuente cuerda floja si finalmente se consuma su llegada: Casemiro y Luka Modric.
Son dos de los ejes centrales del equipo y dos indiscutibles --o al menos lo eran-- en la medular junto a Toni Kroos. Con el alemán renovado y el beneplácito de Zidane para que continúe en el Santiago Bernabéu, las dudas se ciernen sobre el brasileño y el croata.
Salida o banquillo
Pogba tiene casi todo. Pegada ofensiva, músculo, disciplina defensiva, gol y llegada. Cualidades que comparten, por separado, el actual Balón de Oro y Casemiro. Zidane quiere encontrar en un mismo jugador las virtudes que actualmente le daban dos futbolistas que están entredicho. Mientras Modric mantiene su etiqueta de intransferible, al menos este mercado, la mala temporada del brasileño le sitúa en una posición delicada.
Paul Pogba lamentando una ocasión con el Manchester United / EFE
El carioca sería uno de los señalados y no habría espacio para su juego con Pogba en el equipo. De quedarse, acabaría en el banquillo y Modric estaría condenado a salir. Pretendientes no le faltan, y desde Italia mantienen el interés por el croata, pero todo dependerá del traspaso definitivo. Mino Raiola negocia, mientras Pogba está de gira asiática. Su regreso a Manchester está previsto para el 1 de julio, será entonces cuando se empiecen a vislumbrar todas las cartas.
Uno de los dos estaría en una situación muy incómoda a la que Florentino debería encontrar solución. Otro de los damnificados sería Marcos Llorente, pero su salida rumbo al Atlético de Madrid parece estar casi asegurada. 40 millones por mayor protagonismo en la casa del vecino.