Eden Hazard llega al Real Madrid con la misión de liderar a un equipo que quiere volver a lo más alto del fútbol europeo. Tras la nefasta temporada del club blanco, una de las peores de la historia reciente siendo eliminados de las tres competiciones en el mes de marzo, Florentino Pérez se agarra al belga como si de un clavo ardiendo se tratara.
El extremo se convirtió en el fichaje más caro en la historia de la entidad de Chamartín después de que ésta abonara 100 millones de euros en las arcas del Chelsea. Hazard tiene todo lo que el Real Madrid necesita: velocidad, regate, visión de juego, capacidad para asociarse y mucha facilidad para llegar al área contraria.
Eden deberá ponerse el equipo a la espalda en los momentos clave de la temporada y tomar responsabilidades, tal y como hacía en Stamford Bridge. En Londres era el referente absoluto, el futbolista que más destacaba y el que tenía los galones. Algo que no va a suceder en Madrid. No el primer año.
Pique con Ramos
Aunque pueda parecer insignificante, uno de los factores que demuestran quién es el líder de un equipo es el lanzamiento de penaltis. Salvo que haya algún especialista claro, las penas máximas las suelen tirar las estrellas. En el Chelsea, Hazard se encargaba de ello. En Madrid lo hace Ramos. Y hoy por hoy, parece complicado que el camero pueda cederle los disparos desde los once metros.
Sergio Ramos celebra un gol de penalti / EFE
El propio belga lo admitió en la rueda de prensa de su presentación. Preguntado sobre si le pediría a Sergio que le dejara tirar los penaltis, Eden explicó que "creo que el capitán los tira muy bien. Si me pide que los tire, bien, pero no creo que me lo vaya a pedir. Los va a seguir tirando y lo hace muy bien".
Respondió de forma correcta, pero mandó un aviso. Ambos son dos grandes lanzadores. A lo largo de su carrera, Hazard ha tirado 55 penaltis y ha convertido 48, lo que supone un 87% de acierto. Un porcentaje algo similar al 85% de Ramos, que ha lanzado 21 y ha transformado 18. El belga acumula 13 penaltis consecutivos sin fallo. El español, 11. Así pues, no es tanto una cuestión de efectividad como de liderazgo.
Otra indirecta
No fue la única indirecta que lanzó Hazard en la sala de prensa del Santiago Bernabéu. Cuando le preguntaron qué dorsal llevaría, admitió que habló con Modric a través de Kovacic (compañero suyo en el Chelsea): "Le pregunté si me podía dejar el 10, pero me dijo que no. Tengo que buscar otro número, pero no es importante".
Una foto de Modric durante el partido frente a la Roma / EFE
Responde sin mojarse en exceso y buscando la corrección, pero las va soltando. Pueden parecer dos temas triviales, pero no lo son tanto. El lanzador de penaltis y el 10 guardan cierta simbología más allá de la efectividad de lo primero y del hecho de que lo segundo a priori pueda parecer un simple número.