Sergio Ramos se queda solo. La revolución del Real Madrid se llevará por delante a 'vacas sagradas' muy acomodadas en el vestuario blanco y que han sido la columna vertebral del equipo durante más de un lustro y en algún caso casi una década. Entre ellos se encuentra el capitán, quien finalmente continuará en el Santiago Bernabéu pese a los rumores que le situaban fuera.
Las presiones a Florentino Pérez no han surtido efecto esta vez y Ramos liderará la zaga blanca al mismo precio, pero con distintos compañeros de vestuario. Una revolución marcada por la llegada de nuevos galácticos, la segunda de Florentino, que podría incendiar el vestuario por la jerarquía salarial y que a su vez pone en jaque a los compañeros más cercanos del 4.
No son descartes, pero son posibles salidas que el club tendrá en cuenta si hay ofertas. Se trata de jugadores como Lucas Vázquez, el mejor amigo del camero en el vestuario, o Sergio Reguilón, que pese al desencuentro de principio de temporada ahora tiene una magnífica relación con el lateral.
Futuro incierto
La situación de ambos futbolistas es distinta. Mientras con el gallego Zidane quiere que siga, con Reguilón no se descarta una posible venta o cesión. El problema es, si finalmente se quedan en Chamartín, la influencia y el poder que tendrán para apoyar el discurso del capitán. Ambos tendrán un papel residual y un rol secundario ante las nuevas estrellas y la falta de minutos podría mermar el peso de sus opiniones en el vestuario.
Ramos y Lucas Vázquez celebrando un gol con el Real Madrid / EFE
Una situación que deja muy solo al capitán ante la llegada de Jovic, Hazard y otras estrellas. Un escenario que desde los despachos y el cuerpo técnico se ve como una oportunidad de quitar el monopolio del poder al capitán y que asegura sabia nueva para el proyecto blanco. El otro aliado que le queda es Marcelo, que parece que también se queda, pero también con un rol muy alejado de lo había sido hasta esta temporada.
La llegada de Mendy o Junior Firpo pondría en la rampa de salida a Reguilón y en el banquillo al brasileño. Los más íntimos del capitán quedarán, sin duda, relegados a un segundo plano. Así como también el clan de españoles del que todavía no se conoce quien continuará con Isco y Asensio en el punto de mira. Nacho y Carvajal están asegurados, pero tampoco son jugadores de fe ciega en el andaluz.
Ramos deberá asumir su rol con menos poder o se avecinan problemas con un jugador acostumbrado a tener la sartén por el mango y al vestuario a su favor.