Raúl Bravo, exfutbolista del Real Madrid, y Carlos Aranda, también criado en La Fábrica y exjugador de Zaragoza, Granada Osasuna entre otros, abandonaron la tarde de este viernes la prisión de Zuera, en Zaragoza, después de que sus abogados pagaran la fianza de 100.000 euros impuesta por el Juzgado de Instrucción nº 5 de Huesca.

Tanto Bravo como Aranda están siendo investigados por ser los supuestos cabecillas de una trama de amaños de partidos de fútbol de Primera Segunda División para obtener rédito económico en apuestas online. A ambos se les imputan presuntos delitos de organización criminal, corrupción en actividades deportivas y estafa en la llamada Operación Oikos.

Bravo Aranda pasaron la noche del jueves al viernes en prisión provisional eludible con fianza de 100.000 euros después de negarse a declarar ante el juez. Los otros detenidos (Borja Fernández, Íñigo López, Agustín Lasaosa Juan Carlos Galindo) sí prestaron declaración y fueron puestos en libertad el jueves con fianzas que oscilaron entre los 50.000 y los 75.000 euros.

Agradecidos

Sí que hablaron tras salir del recinto penitenciario. Aranda afirmó que "nos han metido a los que menos culpa tenemos de todo" y ha señalado que estos días han sido difíciles, en especial "por la familia". El exfutbolista de Zaragoza y Granada entre otros recalcó, como había dicho su abogado, que no saben por qué los han implicado: "Por eso estamos aquí, porque no lo saben ni ellos". 

Carlos Aranda y Raúl Bravo tras abandonar la prisión de Zuera / EFE

Carlos Aranda y Raúl Bravo tras abandonar la prisión de Zuera / EFE

Por otro lado, Raúl Bravo se mostró agradecido con el trato que han recibido: "Desde el minuto uno el trato ha sido espectacular. No puedo decir nada más, en el juicio se verá". Una gratitud a la que se añadió Aranda, que junto con el exfutbolista del Real Madrid dio las gracias a los Cuerpos de Seguridad del Estado, a la Policía Local, a los funcionarios de prisiones y a los presos por el trato recibido.

La situación de Raúl Bravo nada tiene que ver con la que experimentó Sandro Rosell en los últimos años. Si bien es cierto que los casos y los cargos son diferentes, al expresidente azulgrana jamás lo dejaron en libertad provisional. Al exfutbolista del Real Madrid, en cambio, pese a no querer prestar declaración, la libertad le costó "solo" 100.000 euros. Quizás de ahí viene el agradecimiento.