Ángel Manuel de Pedro, magistrado del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Huesca, ha decretado prisión provisional eludible con fianza de 100.000 euros para el exmadridista Raúl Bravo y para el canterano blanco Carlos Aranda, quien también jugó en clubes como Osasuna o Granada.
Los presuntos 'cabecillas' de la trama de amaños de partidos de Primera y Segunda División (Operación Oikos) están siendo investigados como posibles responsables de los delitos de pertenencia a grupo criminal, corrupción en el deporte y estafa. Bravo y Aranda se negaron a declarar ante el juez y fueron trasladados en furgón hasta la prisión de Zuera, en Zaragoza.
Raúl Bravo celebrando un gol con Zidane, Roberto Carlos y Beckham / EFE
El fiscal jefe ha explicado que la decisión de los futbolistas de acogerse al derecho a no declarar "está más que justificada". Entiende que tanto Bravo como Aranda prefieran esperar a que terminen las actuaciones secretas para las partes, se levante el secreto y conocer los cargos que se les imputan.
Libertad con cargos
El también canterano de La Fábrica y exjugador del Real Valladolid, Borja Fernández, presuntamente implicado en la Operación Oikos, fue puesto en libertad con cargos tras prestar declaración ante el juez. De acuerdo con las palabras de su abogado, el exfutbolista defendió su inocencia y negó su participación en la red de amaños de partidos.
Borja Fernández en su último partido con el Valladolid / EFE
De acuerdo con El Mundo, Fernández habría insistido de forma reiterada en que no aceptó ningún trato con Raúl Bravo, presunto cabecilla de la trama que sigue en investigación. El español deberá abonar una fianza de 50.000 euros.
La misma cantidad que deberán pagar Agustín Lasaosa, presidente del Huesca, y Juan Carlos Galindo, jefe del equipo médico del mencionado conjunto, por supuestos delitos de corrupción, blanqueo y estafa. Íñigo López, futbolista del Deportivo, también ha sido puesto en libertad, aunque en su caso la fianza se eleva hasta los 75.000 euros.