Sergio Ramos es el líder del vestuario blanco, pero el camero también quiere ser el rey en las cuentas del Real Madrid. Su estatus de capitán, figura y garantía en la defensa blanca le ha permitido forzar renovaciones y mejoras salariales casi constantes con Florentino Pérez. Héroe en las finales de Champions y entregado al escudo, la revolución que se viene en el Santiago Bernabéu no gusta al 4 blanco.
Hasta la marcha de Cristiano Ronaldo, Ramos entendía que el portugués fuera el mejor pagado de la plantilla y que Gareth Bale, otra de las caras de la ya pasada BBC, fuera otro de los mejores asalariados. Dos caras, dos delanteros y dos líderes encargados de los goles antes de la figura del capitán. Una figura que ahora se tambalea en Chamartín tras una temporada nefasta, con Gareth Bale condenado a salir, y con una revolución que traerá grandes nombres y mayores desembolsos.
En los planes de Zidane no entra la salida de Sergio Ramos, pero sus pretensiones económicas y su mandato en el vestuario están en peligro con la llegada de estrellas como Hazard, Pogba o Eriksen y a las que se podrían sumar Neymar Jr. o Kyllian Mbappé. Refuerzos galácticos que no llegarán sin vaciar la chequera.
La amenaza
Ramos no está contento y así se lo hizo saber a Zinedine Zidane en su último cara a cara en el que ambos expusieron sus visiones de futuro entorno al proyecto de Concha Espina. El capitán tiene dudas sobre su titularidad después de que Varane haya renovado con el club madridista y el fichaje de Militao se le antoje como una competencia directa.
Una foto de Sergio Ramos y Florentino Pérez / EFE
La visión es clara: prefiere salir por la puerta grande como titular que no vivir un año de dudas e intermitencia que incendie un vestuario en el que el técnico francés quiere que reine la calma. Zidane consiguió calmar a Ramos y espera que presidente y capitán puedan llegar a un punto de encuentro, un objetivo que no parece prioritario para el central.
La oferta
Y con ese escenario, Jugones informó este lunes de la última amenaza de Ramos al presidente que empieza a estar cansado de su soberbira y de sus discursos que tan solo auguran renovaciones. Al parecer, Ramos habría pedido la carta de salida al presidente durante una reunión con el mandatario y su agente, su hermano René.
Sergio Ramos lamenta una ocasión del Real Madrid / EFE
Para ello alegó que tenía una oferta irrechazable procedente de China. Florentino fue tajante: del Bernabéu no saldrá nadie gratis, así que si quiere poner rumbo a Asia el club que le desee deberá pujar por él. Asimismo, sus 33 años le colocan como un jugador de presente y no de futuro y el presidente considera que a razón que 12 millones de euros anuales son una cifra más que suficiente para el capitán.
De momento todo esta en stand by, pero las discusiones entre capitán y presidente no auguran un final feliz. Ramos quiere renovar hasta 2022 --un año más-- y Florentino tiene otras prioridades. Los rifirrafes de la conviencia de los años, agudizados esta temporada por la eliminación ante el Ajax mientras el capitán grababa un documental en su palco VIP, acabaron con amenazas de despido.
Un despido que Florentino quiere evitar ya que le costaría la friolera de 25 millones de euros. Ramos vuelve a plantarle cara a su presidente sin tener en cuenta otros factores. Si se le debe incluir en la limpieza, no habrá dudas. La soberbia a veces sale cara.