Zinedine Zidane sabía a lo que se enfrentaba, pero asumió la responsabilidad. Regresó antes de tiempo para dirigir y efectuar la limpieza de un vestuario asentado en la comodidad que originó la era postcristiano y la tres Champions consecutivas bajo el mandato del técnico francés.
Se fue por la puerta grande para evitar ser quien, sin razones aparentes, tuviera que hacer una quema en agosto del año pasado. Un año después, Florentino Pérez está convencido, pero no los jugadores. Zidane ha contado con casi todos los componentes de la plantilla actual, les ha dado más o menos minutos, y ha dictado sentencia en algunos como Dani Ceballos o Gareth Bale que ya buscan nuevo destino.
Pero mientras los descartados piensan en su futuro lejos de Concha Espina, Zidane tiene otro problema que afrontar. Los fichajes marcarán las salidas en las posiciones más pobladas, pero ¿a quién sacrificar? Ninguno ha dado la talla esta temporada, pero todos prometen regresar a su mejor nivel.
Se quedan
Zidane ha mantenido conversaciones con todos los integrantes de la plantilla para explicarles personalmente sus planes de futuro y conocer también la voluntad de los jugadores. Uno a uno, sin excepción alguna, en la que fue claro con cada uno de ellos como reconoció él mismo en rueda de prensa.
Zinedine Zidane en un entrenamiento con el Real Madrid / EFE
Si no cuenta con ellos les ha explicado que planea ponerles en venta y si deciden quedarse, saben que contarán con poco protagonismo. Una condición que no ha preocupado en exceso a algunos señalados que han reivindicado su deseo de seguir de blanco. La revolución tiene que llegar, pero sin sitio es casi imposible.
Se trata de jugadores como Kroos, Nacho o Modric que renovaron recientemente con el club. Incluso Varane, quien abrió la puerta a una posible salida, confirmó esta semana su continuidad en el Bernabéu. También han mantenido ese discurso jugadores condenados a la guillotina como Reguilón, Mariano o Vallejo: "Quiero quedarme aquí" aunque Zidane tenga otros planes para ellos.
Leyendas y canteranos comparten el deseo de seguir bajo las órdenes de Zidane, pero la confianza del técnico no es total. Solo Marcos Llorente, Ceballos y Keylor han asumido que deberán salir este verano.
Las dudas
Mientras en las oficinas se decide qué hacer con jugadores que no tendrán tanto protagonismo la próxima temporada, también existen muchas dudas con Isco y Brahim Díaz. Como el resto de sus compañeros, la frase más repetida de toda la plantilla se repite con los malagueños. "Me quiero quedar aquí. Estoy centrado en el Real Madrid y quiero jugar aquí".
Brahim Díaz jugando contra el Villarreal / EFE
Isco es uno de los favoritos a abandonar Chamartín, mientras que la proyección de Brahim podría mantenerle en la capital o cederle a otro club para que acabara de madurar en Primera División.
Zidane tiene un rompecabezas que resolver y un problema interno mayor del esperado. Todos asumen responsabilidades por la nefasta temporada, pero todos quieren contar con la piedad y compasión del técnico francés.