El Real Madrid es un fiasco jornada tras jornada. Hasta la flor de Zinedine Zidane está cuestionada vista la apatía de una plantilla que tiene la mente en julio y las vacaciones visto el panorama. Siete jornadas para terminar una temporada en blanco que conllevará una reforma integral en el Santiago Bernabéu, empezando por el vestuario.
La lista la conformará el técnico francés, pero hasta los intocables están en la cuerda floja. Zidane quiere dar credibilidad y crédito a todos sus futbolistas, pero con un engranaje tan pobre en el juego y en todas las líneas, incluso las vacas sagradas está condenadas. La lista ya no es solo de quienes están capacitados deportiva y mentalmente para seguir, sino que la despreocupación de los futbolistas ha creado otra lista: la de aquellos que ni tan siquiera ven vestir de blanco como una motivación para ganar títulos.
Solo Benzema parece salvarse de una quema irremediable a la que en dos jugadores de peso podrían esfumarse. Raphael Varane y Luka Modric. Ambos un seguro en defensa y en la medular que viven sus horas más bajas en el club aunque por motivos muy distintos.
Tentados y desmotivados
El Eibar volvió a sacar los colores a un conjunto que ya no levanta pasiones. 50.000 espectadores presenciaron la remontada blanca --una costumbre en estos tiempos en Concha Espina-- para maquillar una temporada que es una pesadilla constante partido tras partido.
Central y mediocentro son dos jugadores que necesita y quiere Zidane, pero el ambiente enrarecido del vestuario ha hecho mella en todos ellos. Sin objetivos, cansados y contagiados por un virus impropio de jugadores de élite: la desidia.
Una foto de Luka Modric y Varane lamentándose de uno de los goles del Madrid-Ajax / EFE
Mientras Varane ya piensa en su próximo destino, se le ha olvidado que debe mantener su profesionalidad en el Bernabéu. La ausencia de Ramos en el verde --suplantado por Nacho-- se notó. El capitán tiene mucho defectos, pero contagia algo que todavía no aporta el galo a sus compañeros. Los vascos sacaron los colores de la defensa blanca y a Varane parece que se le ha acabado al gasolina para defender este escudo. Lento, desconcentrado y sin autoridad para armar la línea defensiva.
Sin aliados
Tampoco tuvo mejor tarde el croata. Su deseo es el de seguir, pero si la limpieza llega hasta el fondo podría llevárselo por delante. El Inter de Milán espera seducir a un jugador que lo ha ganado todo en España. El discurso es claro: recuperar ese gen competitivo y ese afán ganador en otra liga desconocida como la italiana para revitalizar a un Inter en crisis. Para ello quieren que Modric sea el comandante de la nueva nave nerazzurra.
Gareth Bale y Luka Modric durante el último clásico / EFE
Se mantiene muy alejado de su mejor nivel y sus socios no le ayudan. Los constantes experimentos de Zidane le dejan solo ante el peligro y no está para estos trotes. Ambos dejaron contribuyeron a la imagen nefasta del Madrid ante el Eibar. Siete jornadas para maquillar o sentenciarse. Zidane tiene más trabajo del que se esperaba.