Zidane quiso ser compasivo y se olvidó que, a diferencia de la temporada pasada, esta liga esta más apretada y competida que nunca. Quedan apenas nueve jornadas para el final del campeonato y nadie regala nada. Ni un metro de campo, ni una disputa en un balón dividido y ni mucho menos ningún punto, especialmente cuando eres el colista y aún tienes posibilidades de salvarte.

Los de Vílchez se presentaron en el Bernabéu sin complejos y supieron sacar el máximo rendimiento a sus virtudes para recordar a Zidane que su alineación se podía malinterpretar. Un mensaje indirecto que los oscenses se tomaron muy en serio. Tocado su orgullo y con la posibilidad real de puntuar en el templo blanco sacaron los colores a los reservas de Zidaneque, en un gesto osado, quiso dar descanso a los intocables al enfrentarse, a priori, a un equipo menor. 

Congelados

Con un Bernabéu que no abandonó al equipo pese a la hora y el día, la afición se quedó muda cuando vio al Chucho Hernández Rodríguez transformar en gol la jugada de Chimy Ávila tras dejar en la cuneta a Nacho. En tan solo tres minutos el Huesca ofreció su carta de presentación ante un Real Madrid recuperado. 

Una foto de Chucho Hernández celebrando su gol ante el Real Madrid / EFE

Una foto de Chucho Hernández celebrando su gol ante el Real Madrid / EFE

Un tanto que dejó helados a los blancos que no perdieron la esperanza, pero que apenas pusieron contra las cuerdas la portería defendida por Santamaría. Tan solo Benzema y el desmarque de Brahim permitieron a Isco empujar al fondo de la red la primera ocasión clara de los blancos en 25 minutos de juego. 

Un empate inmerecido, pero que tampoco achantó a los visitantes. El Madrid dominó e impuso la posesión del balón, pero la organización y solidaridad defensiva del Huesca no invitaba al optimismo. 

Cambio de roles

Con el 1-1 en el luminoso y un Bernabéu atónito ante lo que estaba ocurriendo, los blancos dieron un paso al frente para girar las tornas. Especialmente Benzema, quien pese que acabó siendo el héroe del encuentro, estuvo especialmente fallón. Nada se le puede reprochar a un delantero que quiere marcar y también organizar ante la falta de jerarquía en la medular.

Los blancos ahogaron a la defensa del Huesca en su propia área, pero mientras las líneas se cerraban los aragoneses sacaron petróleo de balones largos a la espalda de la defensa. 

Una foto de Karim Benzema y Gareth Bale durante el partido ante el Huesca / EFE

Una foto de Karim Benzema y Gareth Bale durante el partido ante el Huesca / EFE

Con Benzema sin puntería aunque insistente, Bale medio adormecido y sin velocidad en el extremo izquierdo, el galés apareció de forma decisiva, por primera vez en todo el encuentro, para poner un centro medido al segundo palo para que Benzema asistiera a Ceballos. Una remontada que levantó al Bernabéu, pero que tuvo que repetirse.

Sudor y lágrimas

El Huesca no se rindió y vistas las carencias defensivas de los blancos volvió a empatar el encuentro en el 74 obra de Etxeita tras un córner. Un empate justo y merecido que Benzema se encargó de frustrar con el primer disparo entre los tres palos en el 89. 

El francés encontró la recompensa a su esfuerzo y la fortuna volvió a estar del lado blanco. Una victoria más que sufrida, con apenas dos titulares fijos --Benzema y Sergio Ramos-- que dejó a muchos señalados. Bale no puede seguir siendo intocable ni tan siquiera para Zidane, mientras que Isco y Marcelo recuperaron el tono.

Una foto de Zinedine Zidane en el banquillo del Santiago Bernabéu / EFE

Una foto de Zinedine Zidane en el banquillo del Santiago Bernabéu / EFE

Luca Zidane, la novedad más destacada del once junto a Brahim, poco pudo hacer en los dos goles, pero no por ello quedará exento de polémica. Zidane empieza su limpieza y necesita ver a todos en acción para decidirse, aunque ello casi cueste perder tres puntos ante el colista. Así está el Real Madrid.