Se acabó, o vuelve a empezar, según se mire, la polémica bajo palos en el Real Madrid. Volvió Zinedine Zidane al banquillo y volvió con él Keylor Navas. El tico volvió a disputar un partido oficial de Liga seis meses después.
Florentino Pérez le ha dado total libertad de movimientos y de decisión al técnico francés para reestructurar la plantilla y eso también incluye decisiones durante lo que resta de temporada. La primera que tomó en un partido oficial fue la más que controvertida y una declaración de intenciones: devolver la titularidad al tico por delante de Thibaut Courtois, la apuesta del presidente para la portería blanca. Se acabó el drama y se acabó el jugar por el nombre y la inversión económica. Un gesto que Navas agradeció públicamente en zona mixta --alabando la claridad de Zidane sobre su situación en el vestuario: "Zidane siempre me dice la verdad"-- y que pone en el punto de mira a Courtois.
El belga ha sido el defensor de la portería en Liga y Champions. Dos competiciones en las que el Madrid está eliminado y con casi nulas posibilidades de disputarle al Barça, pero eso no cambia la perspectiva jerárquica de Zidane.
Su reflejo
Desde la llegada del belga a la capital, siempre se ha defendido su fichaje como una inversión de futuro y una necesidad bajo palos. Una decisión muy cuestionada por el madridismo. Su rendimiento no ha sido el esperado --pese a que ha sido en infinidad de partidos el salvador-- y tampoco se entiende un desembolso de 40 millones de euros teniendo al portero de las tres Champions consecutivas en plantilla.
Keylor Navas celebra el primer gol del equipo ante el Celta de Vigo / EFE
De Keylor se han generado infinidad de teorías. Y todas se han esfumado de la mano de Zidane. Ni bajo rendimiento, ni falta de forma física ni inferioridad deportiva ante Courtois. Para Zidane, Keylor es su reflejo en el verde. Un jugador humilde, disciplinado y entregado al colectivo. Sin desafinar nunca en el verde ni tampoco fuera de él. Vamos, un ejemplo. Una figura que Zidane considera indispensable en su nuevo Madrid y del que en su regreso mantiene su discurso: "Es mi portero".
Ajeno a las presiones
Lopetegui lo mantuvo bajo palos pese a la infinidad de presiones que recibió desde las altas esferas del club. Ver a 40 millones calentando banquillo escocía a más de uno y la llegada de Solari no acompañó al costarricense. Se le relegó a la Copa del Rey y ni así consiguieron sacarle una mala declaración, ni una mala cara. Un ejemplo de profesionalidad casi extinto en el fútbol de hoy. En el vestuario se alegran de volver a ver al tico bajo palos y sobre todo de que él mismo pueda desmentir los rumores sobre su figura deportiva.
Courtois y Keylor Navas calientan en un encuentro del Santiago Bernabéu EFE
Está al mismo nivel que dejó cuando quedó relegado al banquillo y tiene muy poco o nada que envidiarle a Courtois. La decisión de Zidane, que muchos avalan, deja en evidencia a un Florentino que antepuso sus intereses económicos a los deportivos. Y así está el Madrid ahora.
Su futuro sigue siendo incierto. Renovó con el club meses atrás, pero no le faltan ofertas para salir. Zidane tiene la llave de su continuidad en Concha Espina y a su favor juega la total libertad de la que goza el galo para tomar decisiones.