El sueño de James Rodríguez siempre ha sido triunfar en el Real Madrid. El colombiano llegó a la disciplina blanca como una estrella tras brillar en el Mundial de Brasil de 2014. El conjunto blanco pagó 75 millones al Mónaco, un precio que el centrocampista nunca justificó. Es tan cierto que realizó grandes partidos como que en algunos encuentros anduvo desaparecido.
Estuvo bajo las órdenes de Ancelotti, Benítez y Zidane sucesivamente y solo en su primera temporada demostró tener algo especial. La burbuja que se creó en Brasil se fue desinflando con el paso de los años y en 2017, tras no tener apenas oportunidades, salió cedido al Bayern de Múnich.
El alquiler con el conjunto bávaro termina el próximo verano. Entonces, el equipo alemán podrá pagar una cifra cercana a los 40 millones de euros para adquirir en propiedad a James. De no hacerlo, el colombiano volvería al Real Madrid para, probablemente, volver a salir inmediatamente.
La relación con Zidane
El centrocampista es uno de los futbolistas más perjudicados por el retorno de Zinedine Zidane a la entidad de Chamartín. El galo será el encargado de liderar la reconstrucción del conjunto blanco y parece complicado que James, del que ya se desprendió hace dos años, sea una pieza que vaya a tener en cuenta.
Zidane habla con James durante el transcurso de un partido / EFE
Zizou y Rodríguez compartieron el vestuario del Real Madrid entre enero de 2016 y julio de 2017. Ya desde el primer momento se vio que el francés no tenía especial devoción por el mediapunta. En su primer medio año solo fue titular en diez encuentros de Liga y en los dos duelos correspondientes a los octavos de final de la Champions. En las siguientes rondas apenas jugó 28 minutos. La final, donde el conjunto madridista logró la undécima, la vio desde el banquillo.
Su participación fue a menos en la segunda temporada de Zidane, la primera completa. James solo jugó 33 partidos (20 de ellos como titular) y fue un actor secundario en el doblete que logró el Madrid. Como había pasado en la anterior edición, tuvo pocas oportunidades en la fase final de la Champions y ni siquiera se vistió de corto en semifinales y final.
Factor Isco
Uno de los causantes de las contínuas suplencias del colombiano fue Isco Alarcón. El malagueño era uno de los ojitos derechos de Zizou y era su primera opción cuando decidía optar por un sistema de cuatro centrocampistas.
Zidane saluda a Isco tras ser sustituido / EFE
El 22 es, precisamente, uno de los grandes beneficiados del retorno del francés al banquillo del Real Madrid. Estaba completamente apartado con Solari y ahora está ante una nueva oportunidad para volver a triunfar vestido de blanco cuando todo parecía que haría las maletas el próximo junio.
Mientras Isco sube, James va a la baja. Otro golpe de efecto más en el inicio de la segunda etapa de Zinedine Zidane como entrenador del Real Madrid. No es el primero y tampoco será el último.