La relación entre Cristiano Ronaldo y el Real Madrid no es recíproca. El equipo blanco echa de menos al portugués en Europa. Al delantero, en cambio, le va igual de bien vistiendo solo de blanco o añadiendo unas franjas negras a su camiseta. Lo ha demostrado durante la temporada y lo revalidó hoy, en el partido más importante del curso hasta el momento.
El de Madeira lideró a la Juventus en su remontada contra un Atlético de Madrid que no llegó a aterrizar en Turín. Los colchoneros fueron incapaces de hilar una sola jugada y de mantener la calma. El resultado con el que llegaban a Italia era inmejorable, y aún así lo tiraron por la borda.
Un Atleti temeroso
No hay peor manera de afrontar un duelo europeo que con miedo. Incomprensiblemente, ese fue el sentimiento con el que saltaron los futbolistas del Atlético de Madrid al tapete del Juventus Stadium. El club turinés, pese a la desventaja que cosechó en el Wanda Metropolitano, parecía mucho más cómoda, probablemente conocedor que no tenía nada que perder.
Los bianconeri dominaban el balón y los colchoneros defendían. Nada fuera del guión esperado, pues así lograron los madrileños sus éxitos más recientes. La situación se volvió preocupante muy pronto. Avisó Chiellini muy pronto, en el 4'. El zaguero envió el balón al fondo de la red, pero el tanto fue anulado por una falta de Cristiano Ronaldo sobre Oblak.
Cristiano Ronaldo celebra su primer tanto del encuentro ante el Atlético de Madrid / EFE
Progresaba el partido pero no lo hacía el Atlético. El balón no le duraba nada, y no porque no quisiera, sino porque no podía. El premio para la Juventus llegó en el 26'. La perdió Morata en el centro del campo y la cazó Bernardeschi, que se inventó un fabuloso centro que, como no, Cristiano Ronaldo, remató hasta el fondo de la red.
El tanto del portugués solo hizo que incrementar los temores de los rojiblancos, quizás porque el subconsciente les recordaba que la final de la Champions se disputará en su casa. Se echó aún más atrás y dominó, si cabe, aún menos el balón. Los turineses, en su salsa, sabían que el partido estaba donde ellos querían. El acecho paró durante un cuarto de hora: lo que duró el descanso.
Gol tempranero
Nada cambió tras la reanudación. La Juventus atacaba y el Atleti achicaba agua como podía. No duró mucho la resistencia, pues en el 48' los italianos lograron igualar la eliminatoria. Otra vez Cristiano Ronaldo, que logró su gol número 24 ante el cuadro colchonero. Esta vez, con intriga, pues fue la tecnología de gol la que acabó concediendo el tanto. Oblak había logrado detener el testarazo del portugués, pero lo hizo dentro de la portería.
Los atléticos desaparecieron del todo del césped. Los fallos se concatenaban. Ni Koke, ni Saúl, ni Lemar, ni Griezmann eran capaces de acertar un solo pase. La Juventus, crecida, tuvo en esos quince minutos la oportunidad de lograr un tercer gol que con toda probabilidad hubiera acabado con la eliminatoria.
No lo hizo y reculó ligeramente. Quizás consciente de que ya no era momento la precipitación. La eliminatoria estaba de su mano y un tanto del Atlético de Madrid hubiera puesto la clasificación para cuartos de final muy cuesta arriba otra vez. No se podía desbaratar en media hora lo que se había logrado en 60 minutos.
Cristiano celebra su segundo tanto ante el Atlético de Madrid / EFE
Pero los colchoneros, desaparecidos, fueron incapaces de aprovechar el retroceso de los bianconeri, que se puso las pilas cuando todo parecía indicar que el encuentro se marcharía a la prórroga. Avisó Kean en el 81'. Su disparo se marchó ligeramente desviado. Fue en el 84' cuando la Juventus culminó la remontada. Correa cometió un penalti absurdo sobre Bernardeschi. Y Cristiano, que no falla, logró su hat trick.
Los de Turín acabaron el partido como lo suele acabar el Atleti cuando el marcador va a su favor. Tocando, con calma, cerrándose cuando los rojiblancos la tenían. Los pupilos de Simeone tomaron de su propia medicina y en los últimos minutos, de los que no se disputó ni uno, observaron como se les escapaba una eliminatoria que tenían muy de cara.