"Te mentiría si dijera que no la he forzado. Es algo que tenía presente" explicó Sergio Ramos en la zona mixta tras el final del partido que enfrentó a Ajax y Real Madrid en la ida de octavos de final de la Champions League. Se refería a la tarjeta amarilla que había visto en el 88', con la que cumplía ciclo y se limpiaba de cara a unos posibles cuartos de final.
Unas palabras que le costarán muy caras al central. No solo se perderá el encuentro de vuelta ante el conjunto ajacied, sino que la UEFA ha ampliado la sanción del camero hasta los dos partidos: de esta forma, no podrá disputar el posible duelo de ida de cuartos de final, ese que no se quería perder tras cometer la dura falta sobre Dolberg.
Sergio Ramos habla con el banquillo con el 1-2 en el marcador
Al día siguiente, El Golazo de Gol sacó a la luz unas imágenes en las que se veía al capitán madridista hablando con el banquillo para decidir si debía forzar la cartulina. Unas pruebas que confirmaban lo que el mismo Ramos explicó y que intentó desmentir posteriormente en su cuenta de Twitter, sin resultado alguno.
Una falta disimulada
No escapa a nadie que la sanción se debe a lo que dijo en la zona mixta. Si nos ciñéramos a lo que se vio en el terreno de juego era complicado atisbar que esa amarilla era forzada. A priori, se trataba de una simple falta sobre Dolberg para evitar que el contrataque del Ajax progresara.
Sergio Ramos se disculpa con Kasper Dolberg tras ver la tarjeta amarilla ante el Ajax / EFE
Es cierto que cumplía ciclo, pero a ojos de la UEFA (y de muchos aficionados) se podía tratar de una simple casualidad, pues lo que se observó fue que vio la amarilla a cambio de que el conjunto ajacied no avanzara con el balón.
Pero una vez más, fueron sus palabras las que provocaron que abriera las portadas. Del creador de la mítica frase "algunos amigos jugaban al baloncesto y otros al básquet" llegó "te mentiría si te dijera que no la he forzado" sabiendo que ese acto antideportivo acarrea dos partidos de suspensión. Bravo.