Era una oportunidad única para el Real Madrid, pero ni con un Barça espeso pudieron sublevarse ante la superioridad azulgrana en ambas áreas. Los blancos quedaron eliminados de la Copa del Rey en el Santiago Bernabéu a un paso de la final –la que será la sexta consecutiva para el Barça– y pese a que una victoria no hubiera acabado con todos los males, hubiera dado margen de error hasta el 25 de mayo.
El mal juego es un factor innegable en un conjunto que este miércoles, seguramente, jugó su mejor partido en lo que va de temporada. Ni con la máxima motivación, ante su público, ni con un título en juego fueron capaces de encontrar batir a Ter Stegen ni hacer pagar al Barça su juego más espeso. Y muchos volvieron a quedar señalados.
Sin banquillo, ni revulsivos
Santiago Solari ha cambiado el once del Madrid desde su llegada. Apuesta por el esfuerzo y el sacrificio antes que el nombre y los galones, pero la diferencia la marcan todos los componentes. Cristiano Ronaldo todavía ondea por el Bernabéu y nadie ha recogido su legado. Ni el desborde de Vinicius, ni los goles de Benzema.
Vinicius lamentando una ocasión delante de Marc-André Ter Stegen / EFE
Quedó claro que el plan renove que está gestando Florentino Pérez es una obligación, pero quizás muy caro si la temporada acaba con las vitrinas vacías. La defensa no es la línea más necesitada, pero vistos los resultados sí la más castigada. Urge un central, dada la edad de Sergio Ramos, y un lateral izquierdo. Sergion Reguilón estuvo inmenso, pero todavía le falta experiencia y necesita un compañero de batallas que le dispute el puesto si con Marcelo ya no se cuenta.
Sin creación, ni gol
Y con una defensa que sufre más de la cuenta, pese a tener a dos grandes porteros, la medular y la delantera salen escaldadas cada partido. Casemiro jugó, pero mal, Kroos estuvo a medias y Modric tiene 33 años. Una pieza fundamental, pero a la que la falta gasolina en muchas ocasiones.
Si la medular es donde se cuece el juego de todo equipo y se contiene el del rival, en Chamartín necesitan una mejora urgente. Algo similar a lo que ocurre en la delantera. Lucas Vázquez y Vinicius aportan esfuerzo y trabajo, pero no son delanteros con excesivo gol. Sus centros intentan nutrir a un delantero centro referencia, pero Benzema tampoco es un nueve al uso.
Benzema en un mano a mano contra Ter Stegen / EFE
La pegada del Madrid, desde la delantera hasta la segunda línea está en entredicho. Y no es para menos. Un gol en 180 minutos contra el Barça. Difícil eliminarlos con esos regitros. Florentino necesita renovar todas las líneas. Todo el ahorro que ha supuesto ganar tres Champions League consecutivas para dar crédito al equipo le obliga a una inversión multimillonaria este verano. El Bernabéu ya le señala.