El Real Madrid se juega el porvenir de la temporada en apenas siete días. Una semana, de miércoles a martes, en que pueden sobrevivir a las críticas recibidas hasta ahora o hundirse en un abismo que casi confirme una temporada en blanco en la capital.
Un escenario complejo que el club afronta con optimismo, pero no sin respeto. Casualidades del deporte, el Barça podría convertirse en la víctima de los blancos o en el verdugo que certifique su mala temporada, empezando este miércoles con la semifinal de la Copa del Rey.
Los blancos parten con cierta ventaja tras el empate 1-1 conseguido en el Camp Nou. Un resultado que no es definitivo y que exigirá el máximo de los dos conjuntos. Quedar eliminados ante los azulgranas a un paso de volver a estar en una final seis años después sería un duro varapalo para un equipo y un técnico que igual que remontaron cuatro puntos respecto a la era Lopetegui, volvieron a regalar distancia a los de la Ciudad Condal tras el tropiezo ante el Girona.
Los miedos
Vinicius aseguró que no hay miedo, pero sí preocupación. Los últimos partidos previos al choque de vuelta, frente al Ajax, Girona y Levante, no han permitido ver al mejor Madrid. Una derrota y dos victorias en las que sus rivales merecieron mucho más. Una inestabilidad que se suma a la presencia de la pesadilla madridista: Leo Messi.
Una foto de Leo Messi en el Bernabéu tras marcar el gol de la victoria / EFE
Y es que la ventaja puramente resultadista que tienen los blancos con el resultado del Camp Nou desaparece si se observan las estadísticas del argentino y compañía en el templo blanco. Unas estadísticas que todo el barcelonismo espera que se cumplan para dejar en el camino, y en la estacada al eterno rival.
La Liga, a tiro
Por si la Copa no fuera suficiente, la Liga podría tener un color casi totalmente azulgrana el próximo sábado o revivir un duelo a tres, con Atlético de Madrid incluido, por un nuevo heredero del campeonato doméstico. Perderla solo está en las manos de los azulgranas, que con una ventaja de siete y nueve puntos respecto al segundo y tercero, están obligados a mantener el nivel para asegurar el título prioritario.
Y con el Barça como rival de futuro, también asoma el Ajax. En Ámsterdam el resultado es más optimista para la vuelta en la capital (1-2), pero de nuevo el juego despierta las dudas de la afición. El equipo que ahora lidera Frenkie De Jong, futuro azulgrana la temporada que viene, y que también podría ser el futuro de Mattihjs De Ligt, espera sorprender a Europa con una remontada inédita ante el vigente campeón.
Una foto de Frenkie de Jong en un partido del Ajax / INSTAGRAM
Solari se la juega en siete días entre colores azulgranas. Tres partidos que son tres finales sin margen de error.