Marcelo entona el 'mea culpa' con sarcasmo en las derrotas del Real Madrid

Marcelo no gana para disgustos. Su situación en el Real Madrid es la más irregular de las diez temporadas que lleva de blanco y en la intermitencia de sus apariciones, que decide Santiago Solari en su nuevo rol como carrilero suplente, las estadísticas señalan al brasileño a nivel personal y también colectivo. 

Volvió a ser titular ante el Girona este domingo que acabó en remontada catalana para silenciar a un Santiago Bernabéu que no daba crédito a lo sucedido. El lateral no desentonó en exceso, pero pasó sin pena ni gloria en un partido que el Real Madrid dominó hasta que no cerrar el marcador le dio alas al conjunto de Eusebio Sacristán.

Señalado estadísticamente

Una derrota que aleja, de nuevo al conjunto blanco del Barça en la clasificación y que deja a muchos señalados. Esta vez, Marcelo no salió en la fotografía de ninguno de los goles en contra, pero quizás su pasividad acabó por pagar la frustración de los aficionados del Madrid.

En concreto, la página @realmadridac_ publicó un post con los resultados obtenidos por el equipo blanco con Reguilón en el once inicial y Marcelo. Unas cifras deslumbrantes que cuestionan duramente la continuidad del carioca y resaltan la efectividad de Reguilón. Un juego de equipo que no puede reducirse a los fallos de un jugador, pero que deja realmente tocado al 12 blanco.

Una foto las estadísticas mostrada por la página de fans del Real Madrid entre Marcelo y Reguilón / Instagram

Una foto las estadísticas mostrada por la página de fans del Real Madrid entre Marcelo y Reguilón / INSTAGRAM

Cansado de tanta crítica, Marcelo decidió comentar la publicación. Tiró de ironía para asumir, con mucho sarcasmo, la culpabilidad de las derrotas cosechadas por el Real Madrid con él en el verde, ya que con Reguilón todo han sido victorias en Liga:  "¡¡¡Todo culpa mía!!! Seguimos", escribió en los comentarios de la publicación de Instagram.

Una reacción inaudita y que deja entrever el agotamiento mental que supone para el futbolista ser crítica constante de un madridismo que le ama, pero que empieza a dudar de su capacidad para vestir la camiseta blanca.