A Sergio Ramos parece que no le han sentado bien los rumores sobre una posible sanción de la UEFA por forzar su tercera amarilla en Champions League frente al Ajax. El capitán decidió ganárselo a pulso, para mantener los tres puntos en el Santiago Bernabéu, y ni tan siquiera así lo consiguió.
Una mañana para olvidar para el de Camas que no estuvo a su nivel habitual que ha ofrecido en los últimos encuentros. Es el líder de la defensa blanca, pero las bandas, este domingo con Marcelo y Odriozola le dejaron vendido en una tarde en la que le faltó contundencia. Algo que se sumó a un Casemiro superado que perdió la marca a la espaldas en los mejores 15 minutos del Girona y que dejó al capitán vendido.
Un encuentro que desde el Madrid se daba por ganado, como reconoció Emilio Butragueño en los micrófonos de Movistar, y que acabó con sorpresa.
El cansancio de los años
Es un jugador fundamental. Contagia carácter y garra, pero los años pasan para todos y la exigencia del calendario de febrero hizo mella en un equipo. Se acusó al cansancio de la Champions, pero Ramos no tuvo su mejor encuentro. Intentó salvar el primer tanto del Girona con la mano, visto el peligro que habían generado, y acabó en la calle por querer ser, de nuevo, el héroe blanco.
La chilena de Sergio Ramos ante el Girona que le costó la roja / MOVISTAR
Chilena en la frontal que no golpeó el esférico y que el colegiado consideró juego peligroso por la cercanía de Juanpe, a quien afortunadamente, no golpeó en el rostro. Una nueva expulsión por doble amarilla amplia distancia en su récord particular: era ya el jugador más expulsado de la historia del campeonato, ahora con un total de 20 en la Liga y con un total de 25 en todas las competiciones.
Una sanción que cumplirá ante Levante y que le permitirá estar ante el Barça en el Santiago Bernabéu para la Copa del Rey el 27 de febrero y el 2 de marzo en la Liga.