Tremenda exhibición la que dio el Ajax anoche en el Johan Cruyff Arena. Y el rival era ni más ni menos que el Real Madrid, el campeón de las tres últimas ediciones de la Champions League. Juego de posición, velocidad con el balón en los pies y verticalidad, como mínimo hasta que respondieron las fuerzas. Los holandeses dominaron a su antojo la primera mitad y de hecho se hubieran puesto por delante en el marcador en el 37 de no ser por Skomina.
Volvió la máxima competición europea para el Real Madrid. Su competición fetiche. Esa que determina si la temporada ha ido bien, mal o regular. Están la Liga y la Copa del Rey, pero desde la capital madrileña el trofeo deseado es la Orejona. En el primero de los siete asaltos que debían afrontar los blancos si quieren coronarse campeones por cuarta vez consecutiva, Solari sentenció a un peso pesado y dio la enésima oportunidad a otro. Como venía pasando en Liga, Reguilón sentó a Marcelo. Por otro lado, Bale sentó a Lucas Vázquez, hasta ahora imprescindible para el argentino.
Por el otro lado era la primera oportunidad pública para que Frenkie de Jong y Matthijs de Ligt deleitaran a Europa. El futuro futbolista del FC Barcelona dirigió todas las jugadas ofensivas del conjunto holandés y demostró temple y una enorme calidad técnica, mientras que el central, que aún no tiene definido su futuro, sostuvo como pudo a un equipo que defensivamente no está al nivel de los más grandes.
El Ajax mereció muchísimo más
Los primeros 45 minutos del conjunto holandés fueron un auténtico escándalo. Pase tras pase, casi todos al primer toque, y el Real Madrid solo podía correr. Si la perdían, presionaban, y si a un madridista se le separaba el balón del pie podía dar la posesión por perdida. Lo que realizó el Ajax ayer durante la primera mitad fue una oda al juego de posición.
No fueron pocas las ocasiones que tuvieron los ajacied para adelantarse en el marcador. La primera, en el minuto ocho, tras un disparo del lateral Mazraoui que se fue muy desviado del palo derecho de la portería madridista. La oportunidad más peligrosa llegó en el minuto 25. Tadic, uno de los mejores hombres ayer en el Johan Cruyff Arena, aprovechó el despiste de Ramos y se plantó solo delante de Courtois. Llegó muy forzado y su remate con la pierna izquierda se estampó en el palo.
Diez minutos después tuvo que intervenir el guardameta belga para evitar que el rival del Real Madrid anoche se adelantara en el marcador. Tras una gran jugada colectiva Ziyech se quedó solo ante el arquero y tuvo mucho tiempo para pensar. Courtois adivinó las intenciones del marroquí y desbarató la que hasta el momento era la mejor ocasión del Ajax. Un minuto después el ex del Chelsea pasó de víctima a verdugo y fue el gran culpable de que los holandeses se adelantaran en el marcador gracias a un gol de Tagliafico. El que evitó que eso sucediera fue Skomina y determinó que Tadic molestaba la visión de Courtois.
Skomina revisa la jugada del gol de Tagliafico / EFE
En los 45 primeros minutos los blancos solo tuvieron una en el 13'. Como no podía ser de otra manera, el peligro llegó de las piernas de Vinicius. El brasileño desbordó a medio Ajax y se sacó de la manga un disparo con rosca que obligó a Onana a realizar una meritoria parada.
Reacción blanca tras el descanso
La transición entre la primera y la segunda parte le sirvió de antídoto al Real Madrid para frenar el vendaval que había sido el Ajax durante los primeros 45 minutos. Los blancos se empezaron a hacer con el dominio del balón y la primera ocasión llegó en el 50'. Carvajal, desaparecido durante la primera mitad, sirvió un balón a Benzema, que definió a la perfección. Otra vez Onana, casi una hora después, evitó que los españoles se pusieran por delante en el marcador.
Pero este Benzema no es el de la temporada pasada. Si no convierte una logra la siguiente. Así sucedió en el minuto 59, aunque gran parte del balón fue culpa de Vinicius. El brasileño superó a Mazraoui, se paseó por el área contraria y tras mucho buscar, encontró al galo, que definió a la perfección y la puso en la escuadra izquierda haciendo inútil la estirada del guardameta ajacied.
El Ajax, grogui tras el gol
El tanto de Benzema sentó como un jarro de agua fría a los holandeses. Fueron incapaces de reaccionar y el Real Madrid se hizo con el dominio del balón, aunque en ningún momento llegó a crear peligro real para poner el 0-2 en el marcador, quizás porque el 0-1 ya era un resultado bueno teniendo en cuenta el encuentro de vuelta en el Santiago Bernabéu.
Y ese conformismo hizo que el Ajax, minuto a minuto, despertara hasta volver a tomar el control del partido. Ziyech y Tadic volvían a desbordar, Frenkie volvía a controlar y el área de Courtois poco a poco se iba acercando. Esa reacción se plasmó en el minuto 74 tras una pérdida de Casemiro en el centro del campo. Le llegó el balón a Neres, que vio llegar desde atrás a Ziyech y el marroquí, a placer, puso el empate en el marcador.
Ziyech celebra el tanto que anotó ante el Real Madrid / EFE
Pero un partido del Real Madrid en Champions jamás puede acabar así. Aunque el otro equipo haga más merecimientos, los blancos deben ser el conjunto que se acabe llevando la victoria. Sin una idea clara de juego tras las salidas de Benzema y Vinicius del terreno de juego, los madridistas lo fueron intentando, quizás conscientes de que por inercia el tanto acabaría cayendo. Y así sucedió en el 87'. Carvajal llegó hasta línea de fondo y la puso en el área. El balón se paseó hasta llegar a los pies de Asensio, que acabó rematando a placer. El gol del mallorquín, muy discutido, deja encarrilada la eliminatoria para los blancos (1-2).