Su llegada fue dudosa. Vinicius Jr. fue la apuesta de futuro de Florentino Pérez. Llegó haciendo mucho ruido envuelto en una operación que se cerró con el pago de 61 millones de euros al Flamengo, pero la falta de confianza de Lopetegui y la estrategia de la casa le llevaron de cabeza al filial.
Despuntó bajo las órdenes de Santiago Solari con el Castilla, pero no fue hasta la llegada del argentino al banquillo del Bernabéu cuando Vini pudo cumplir su sueño. Debutar en el primer equipo y con el paso de los días, hacerse un hueco en un once que acusó muchas bajas. Una oportunidad que no desperdició y que ha cambiado paulatinamente la opinión de sus compañeros. Si despertó recelos en un inicio, sus ganas han contagiado al resto de sus compañeros.
Otro capricho más
Así fue como se entendió en el seno del vestuario del Real Madrid la llegada de Vinicius a la capital. Las vacas sagradas y los pesos pesados del vestuario, vieron en la salida de Cristiano Ronaldo una oportunidad de reivindicarse sin el luso, pero ocurrió todo lo contrario.
Con el equipo sumergido en una crisis existencial y de identidad sin precedentes, parece que Vinicius ha sido el salvador. Su juego y su descaro han encandilado al Bernabéu. Unas cualidades que sumadas al acierto que ha desarrollado con el paso de las jornadas ha obligado a sus compañeros a cambiar de opinión. El brasileño ha encontrado en Benzema –y viceversa– un socio de garantías y ahora, cuando se acercan los partidos definitivos, Solari deberá decidirse por una apuesta definitiva.
El Real Madrid celebrando el gol de Vinicius contra el Deportivo Alavés / EFE
Gareth Bale y Lucas Vázquez deben luchar contra una competencia inesperada visto su rendimiento. Mientras su llegada tuvo una total indiferencia ante lo que podría aportar a un vestuario plagado de estrellas, la joven promesa brasileña ha sabido llevar la presión que supone estar en primer nivel.
Vinicius, endiosado
Mientras para muchos fue un cero a la izquierda, los meses han cambiado la percepción del delantero, especialmente en la afición. Vinicius es, hoy por hoy, la esperanza de una afición que se atreve a compararle con grandes leyendas blancas o incluso futbolistas que ya lo han ganado todo. Pero ni tanto ni tan calvo.
Vinicius y Mariano, protagonistas negativos del Real Madrid-Melilla / EFE
Hasta la fecha lleva nueve partidos en el once inicial de forma consecutiva y pese a que en el palco del Bernabéu su rendimiento gusta, todavía le queda mucho por demostrar y mejorar. La calma y la paciencia son fundamentales para un jugador que tan solo tiene 18 años, antes de que se convierta en un nuevo fracaso de Florentino.