Sin complejos. Así se ha mostrado Santiago Solari este martes en la rueda de prensa previa al primer clásico de Copa que enfrentará este miércoles al Barça y al Real Madrid en el Camp Nou. Un choque importantísimo para ambos conjuntos, ya que vale media final, pero que pondrá a prueba la mejora del equipo blanco frente al eterno rival y que además cuestionará la capacidad del argentino.
Este será su primer clásico en el banquillo del Real Madrid desde su llegada –tras la destitución de Lopetegui precisamente tras la manita de los azulgranas– y su discurso no ha variado. De hecho, ha sido más hermético de lo habitual.
A ganar con o sin Leo
Con todos los focos centrados en la presencia o ausencia del capitán azulgrana para el choque, Solari ha mostrado indiferencia total ante la participación de un jugador que puede cambiar el partido. Cuestionado por ello, espetó: "En el fútbol siempre es bueno que los mejores jueguen todos los partidos".
Algo que se desconoce si sucederá en sus filas. Preguntado por la presencia de Gareth Bale, contestó: "Todos los jugadores aportan cosas. Lo importante es que estamos todos y tiramos hacia el mismo sitio". Asimismo, confirmó la disponibilidad de todos los integrantes de la plantilla: "Vallejo casi ya está, estamos prácticamente todos y así la convocatoria es más difícil. Lo importante es que todos pongan su talento y esfuerzo al servicio del equipo".
Partido crucial
Con su sonrisa habitual y sin dar grandes declaraciones, Solari cuestionó el calendario del Madrid de forma irónica. Lo dejó caer en el inicio de la rueda de prensa, pero no por ello quedó olvidado. El Barça cuenta con una semana de descanso más antes de medirse en Champions, algo que Solari calificó así: "El calendario es cuanto menos curioso. Tenemos que ir, jugar y dar nuestra mejor versión. Esperemos que no sea deliberado".
El técnico del Real Madrid, Santiago Solari, aparece pensativo por la Ciudad Deportiva / EFE
El técnico del Real Madrid, Santiago Solari, aparece pensativo por la Ciudad Deportiva / EFE
Un mensaje directo a la Liga y a la RFEF por la planificación de un calendario que, en el primer partido, afecta a los blancos, pero que también será igual de ajustado para el Barça en la vuelta.