Parece extraño, pero es real. La filosofía de la cantera en la que se basa el FC Barcelona ha llegado también a Madrid. Parece una cuestión de oportunidades y fe en los jóvenes canteranos blancos, pero la estrategia, dirigida por Florentino Pérez, responde a otros intereses.
Como todo filial, el Castilla está a disposición del primer equipo cuando se necesitan efectivos. La enfermería del club blanco ha estado a rebosar durante los últimos dos meses y los disponibles tampoco han rendido a su mejor nivel. También ha influido considerablemente la llegada de Santiago Solari, quien dirigía al filial antes de llegar al primer equipo. Una posición que le permite conocer a la perfección el perfil y rendimiento de dichos futbolistas y por los que ha apostado tras confirmar la falta de ambición de las vacas sagradas.
Una de sus primeras decisiones como técnico fue la de ascender a Vinicius como jugador del primer equipo. Una decisión que se prolongó con la aparición de Reguilón, Fede Valverde o Marcos Llorente. Jugadores de gran proyección en busca de minutos para demostrar su calidad y revivir a un equipo de capa caída. Ellos dan continuidad a la aparición de Lucas Vázuqez, Nacho o Carvajal.
Una apuesta dudosa
Desde Madrid sacan pecho de La Fábrica y algunos medios aseguran que la cantera madridista tiene ya mayor presencia en el Bernabéu que en el Camp Nou. La realidad es otra. Bien es cierto que en época de éxitos entrar en el primer equipo es difícil, pero el máster que se ejerce en el filial del Madrid tiene un fin económico más que de proyección de club. Hay casos parecidos en el Barça, especialmente con las fugas de talento que se han producido en los últimos años, pero la apuesta se mantiene firme.
Mientras en el Barça se enseña a jugar de una forma determinada, en Madrid el Castilla es un escaparate mundial. De hecho, de la cantera madridista solo se mantienen en el primer equipo ocho jugadores de los 27 que han participado en el primer equipo en el último lustro: Casemiro, Carvajal, Nacho, Vallejo, Lucas Vázquez, Marcos Llorente, Mariano y Luca Zidane, sin tener en cuenta que algunos tuvieron que salir –o han salido– antes de volver.
Una foto de Nacho frente al Alavés / EFE
Asimismo, son una apuesta deportiva y económica perfecta para Florentino. Con el plan renove gestándose paulatinamente en las oficinas del Bernabéu de cara al próximo verano, donde se prevé que rompa la banca, la presencia de canteranos y su rendimiento permite a Florentino ahorrar millones en fichajes a mitad de temporada.
Mucha calma
Ernesto Valverde siempre ha pedido calma entorno a la cantera. Su confianza es ciega, pero adaptarse requiere de tiempo y paciencia. La situación es buena. Todos conocen los automatismos, pero la entrada debe ser paulatina. El engranaje funciona y esa es la única forma en que los canteranos puedan adaptarse a un equipo del máximo nivel. Incorporarse a un círculo que funciona por sí solo, para evitar obstáculos.
En Madrid, la situación es distinta. Históricamente, grandes leyendas madridistas han surgido en momentos complicados. Lo hizo Raúl en 1994 o Iker Casillas en 1999. Casos contados y es que los fichajes tampoco engañan. El club blanco no ha sido capaz de competir en España ni en Europa en las últimas décadas sin hacer grandes inversiones en jugadores extranjeros. Algo incomparable con la hegemonía azulgrana en el campeonato doméstico de la última década y que además se extrapoló a la Selección.
Leo Messi, Sergio Busquets, Gerard Piqué y Sergi Roberto con los cuatro capitanes del Barça / FCB
Pese a que la presencia de jugadores formados en La Masía ha descendido, se mantiene. Actualmente ocho jugadores del primer equipo se formaron en las categorías inferiores. Un número que con Xavi, Iniesta, Puyol, Pedro o Cesc llegó a ser de más del 60% de la plantilla.
La obsesión de Florentino tiene más de proyecto de futuro, pensando en renovar la plantilla, que de oportunidades reales para los jóvenes.