Santiago Solari no cambia de opinión ni de posicionamiento. Mantiene –a días– su sonrisa en las ruedas de prensa, pero todo es distinto cuando se le cuestiona por temas deportivos, especialmente aquellos que incumben a jugadores como Isco, Marcelo y otros que encabezan la lista negra del técnico argentino.
Siempre se muestra respetuoso y evita las polémicas. "Todos son grandes jugadores y los necesitamos" se ha convertido en una de sus frases favoritas para zanjar las preguntas de los periodistas que, como el resto del mundo del fútbol y el madridismo, ven que existe un problema con algunas vacas sagradas.
El último en protagonizar un conflicto ha sido Marcelo, pero parece que la vara de medir del entrenador madridista es distinta según a que jugador apunte. El rendimiento del brasileño está en duda, pese a su impecable carrera de blanco y los rumores sobre su sobrepeso preocupan en el seno del club.
Oportunidades que no regala
Cierto o no, Solari tiene otro planteamiento con el caso Marcelo. El brasileño se quedó fuera de la convocatoria en los dos últimos partidos de Liga frente al Betis y el Sevilla. Una decisión que no se justifica por las rotaciones. Parece ser que la segunda capitanía del carioca ha influido de terminantemente para que intente evitar una ruptura total como ocurre con Isco.
Una foto de archivo de Marcelo con el Real Madrid / EFE
Desde que llegó Solari, Isco está condenado. Banquillo, desconvocado, banquillo, minutos residuales y titularidades obligadas por las bajas que acumula la enfermería del Real Madrid. Solo ha sido titular frente al Melilla en Copa, frente al CSKA de Moscú en Champions League con el equipo clasificado y en la vuelta contra el Leganés. Nada que ver con la importancia y el rol que le brindó Lopetegui.
Sin sitio
En el esquema que plantea Solari no hay sitio para el encaje de un jugador como Isco, algo que se suma a la ruptura total de su relación. Un jugador de su talla que vive en el ostracismo más cruel, relegado a la suplencia como si tuviera que esperar su turno jornada tras jornada. Además, tampoco es que Solari quiera jugar un papel que no es. En cada rueda de prensa el vacío hacia el 22 blanco es inmenso. Se le cuestiona en cada ocasión y en todas es seco.
Isco en el entrenamiento del Madrid / EFE
La última este sábado antes de enfrentarse al Espanyol: "La única batalla que existe –contestó cuando fue preguntado por una batalla con el malagueño– es la del siguiente partido. Todos van a ser necesarios y hay que estar atentos y meterle intensidad" a lo que añadió: "El fútbol se gana con todos los integrantes de la plantilla, es fundamental que todos se sientan importantes".
Algo que hasta la fecha, de titular o suplente, el argentino no ha conseguido. Isco está de capa caída, no tiene continuidad en su juego y se ve cuando salta al verde. Solari no cuenta con él y sea con lenguaje verbal, corporal o las alineaciones, Isco ya debería saberlo. El futuro de ambos está en el aire, pero el presente es más difícil para el futbolista.