La situación deportiva del Real Madrid se ha convertido en una pesadilla constante para Santiago Solari. El juego del equipo no convence a nadie, cada partido es un examen táctico y físico para el equipo y las lesiones han dejado al equipo muy trastocado. Los resultados acompañan de forma intermitente, pero el conjunto no disipa las dudas entorno a un equipo que parece no tener ambición alguna.
La enfermería blanca tampoco gana para disgustos y los efectivos de Solari han ido cayendo en lo que parece que también fue una mala puesto a punto tras un año de mundial y muchos jugadores con exceso de minutos en las piernas y pocas vacaciones. Aun así, parece que la Copa, donde se verán las caras frente al Girona --que eliminó en la bocina al vecino de la capital-- Solari podrá tomar aire y dar paso a las rotaciones.
Kroos, Llorente y Mariano ya se entrenan con normalidad y apuntan a entrar en la convocatoria del técnico argentino para el partido del jueves. Tres altas necesarias en el equipo vistas las bajas de Keylor Navas, Vallejo, Bale y Asensio, que todavía continúan con sus respectivos procesos de recuperación, aunque los dos delanteros ya pisan césped y balón alejados del grupo. Aun así, el staff técnico lo tiene claro: no se tomará ningún riesgo con el español y el galés y su regreso apunta a la semana que viene.
Más alternativas
Con la recuperación de Kroos, que podría entrar en el once titular dada la importancia y exigencia del choque frente a los catalanes, el foco se vuelve a cernir sobre Isco. Pese a la plaga de lesionados, Solari ha contado muy poco con el malagueño a la hora de escribir su nombre en la pizarra de inicio.
Isco y Santiago Solari ni se miraron cuando el malagueño fue sustituido en Butarque / EFE
Sus minutos han sido residuales, a excepción del encuentro frente al Leganés, donde salió de inicio pero fue sustituido a falta de algo menos media hora de encuentro. Un cambio que no sentó bien al 22 y que evidenció una relación inexistente entre técnico y jugador. Ni se miraron.
Once de gala para seguir vivos
Y con este escenario, la situación vuelve a complicarse para Isco. Solari mantiene su discurso institucional: la liga todavía no está acabada, pero su alineación será una declaración de intenciones visto el choque que tienen este domingo frente al Espanyol. Jugar con un once de gala confirmaría las sospechas: la baza de la Copa, como posible título a nivel nacional para calmar las desilusiones del madridismo.
Un once de gala que, a priori, daría entrada a Casemiro, Modric y Kroos en la medular, y Lucas, Benzema y Vinicius en el tridente de ataque. Una alineación sin sitio para Isco que volvería a empezar --si es que posteriormente juega-- desde el banquillo para alargar su crisis personal en el Real Madrid.
La Liga
A diez puntos del líder, y con Bale y Asensio casi a punto de recuperarse, el campeonato doméstico tampoco pinta bien para Isco. Relegado al banquillo desde la llegada del argentino, la disponiblidad de más efectivos le condena, para la tranquilidad de Solari. Asensio también vive una etapa difícil de blanco, pero Bale es uno de los favoritos del entrenador, por lo que el galés volvería al once y habría que ver si sienta a Vinicius por galones.
Solari volverá a contar con la plantilla casi al completo para poder dar entrada a los pesos pesados e intentar revertir una situación que, de momento, solo han conseguido mejorar los suplentes. Una papeleta complicada en una semana con un título de por medio.