Santiago Solari no gana para preocupaciones. Finalizó el año conquistando el Mundial de Clubes y proclamándose campeón del mundo, pero nada más lejos de la realidad. Vuelta a la normalidad, a la competición real y nuevo tropiezo de año nuevo. El Villarreal remontó un encuentro en el que mereció más y amargó, con Cazorla al mando, la entrada de año al Real Madrid.
Un resbalón inesperado al que los blancos y el técnico argentino deberán poner fin este domingo frente a la Real Sociedad en el primer partido del año en el Santiago Bernabéu, ante una afición que ya ha perdido la paciencia. Con el mercado de invierno en marcha, y Florentino Pérez en busca de nuevas caras para cambiar el rumbo de la temporada, Solari se mantiene ajeno a las negociaciones y está totalmente centrado en su mayor preocupación: un equipo que no responde y al que se le presenta un mes complicado.
Enero, un via crucis
Difícil inicio de año para los de Chamartín. La Liga y la Copa del Rey vuelven de la mano del primer mes del año, en el que visto lo visto en la Cerámica, nada ha cambiado. Un tourmalet que dio el pistoletazo de salida frente al submarino amarillo y que continuará frente a la Real Sociedad, el Betis en el Benito Villamarín, el Sevilla y el Espanyol.
Una foto de archivo de Sergio Ramos / EFE
Cuatro partidos de alto voltaje a los que se suma la eliminatoria de Copa del Rey frente al Leganés. De ganar, jugarían otros dos partidos contra el rival de cuartos el 23 y 30 de enero. Un maratón que puede marcar la temporada definitivamente.
Las bajas y las sensaciones
Seis partidos, o incluso ocho de vencer al Leganés, que quitan el sueño de un técnico al que el juego nunca acompañó, pero ahora tampoco los resultados. Las sensaciones en el juego no son buenas, así como tampoco el acierto de cara a portería. Sin gol y sin juego, se suma otro problema más a la lista de Solari: las lesiones.
Gareth Bale se lamenta de una ocasión / EFE
Regreso de las fiestas navideñas, toca la puesta a punto, y mientras Pintus se encarga de acabar con los turrones, Solari debe planear onces iniciales sin Marcos Llorente, Asensio ni Bale. Los fichajes llegarán, pero ninguno será de renombre mundial. Con ese escenario, la preocupación del argentino es cómo encontrar ese punto de inflexión para que sus jugadores respondan en el verde.
Sus declaraciones previas al choque frente a la Real tampoco ayudan. Ahora, en Chamartín, los empates también son valiosos, pese a estar a siete puntos del Barça. El desazón le sale por los poros.