Momento delicado para Isco Alarcón en el Real Madrid. Su actuación frente al CSKA de Moscú dejó mucho que desear a una grada que esperaba una nueva exhibición del malagueño tras su encuentro frente al Melilla. Solari le devolvió la titularidad ante el trámite que se preveía frente a los rusos, pero la mala puesta en escena del equipo en general, y las malas decisiones tomadas por el centrocampista hartaron a un Bernabéu que, hasta ahora, siempre había respetado al 22.
Los pitos, habituales en el estadio blanco, se cebaron con un Isco más sensible de lo habitual dada la situación interna que vive con Santiago Solari, relegado al banquillo y carne de banquillo. Una frustración evidente que acabó pagando con la grada ante su error en el que hubiera supuesto el 1 a 2 en el marcador.
Una escena que no pasó por alto ni a los aficionados, ni en el vestuario, ni en el palco ni tampoco en la prensa. El Chiringuito de Pedrerol hizo mella en el asunto y desde el programa, apuntan a que Isco habría "cavado su propia tumba en el Madrid"
Situación delicada
Con Isco en la cuerda floja, y Florentino Pérez apurando su plan renove para la temporada que viene, no se auguran grandes cosas para el malagueño vestido de blanco. Dani Ceballos, Fede Valverde le han comido la tostada, dos jugadores que se suman a la complicada competencia de Kross y Modric.
Una competencia a la que se sumará Brahim Díaz, la perla del City que recalará en el Real Madrid el próximo invierno o verano, según se den las negociaciones, y que podría poner en la puerta de salida al malagueño que parece haber perdido la paciencia. El jugador considera que merece más minutos dado su estatus en la plantilla y su calidad, pero Solari y la afición blanca ya no esconden su desencanto con el andaluz.
Isco está presionado, y el entorno madridista tampoco ayuda. Una campaña agotadora que inició Solari para revolucionar el equipo dados los malos resultados, continuó Florentino en una estrategia --sin finalizar-- para sacar un buen precio por el jugador y que ahora la prensa y la afición ahondan.