El Real Madrid llegaba a la sexta y última jornada de Champions League con los deberes hechos. Los blancos son primeros de grupo y han aprovechado la jornada intrascendente para dar rodaje a los menos habituales. El CSKA sí parecía tomarse seriamente el enfrentamiento europeo.
Como era de esperar Santiago Solari ha mantenido su guerra particular con Isco Alarcón y Marco Asensio. El argentino ha reservado al centro del campo titular (Modric-Casemiro-Kroos) para la jornada de La Liga del fin de semana ante el Rayo Vallecano.
El partido se presentaba incómodo para los intereses de los merengues. Partido sin historia contra un equipo físico que ya los ganó 1-0 en Rusia. El Bernabéu ha vivido en su propia piel la humillación de su equipo por parte de los rusos con un contundente 0-3. Mala manera de encarar los octavos.
Desajustes defensivos y equipo roto
La defensa presentada por el cuerpo técnico blanco ya dejaba muchas dudas. La pareja de centrales era Jesús Vallejo y Javi Sánchez, testimoniales hasta este momento de curso. En los laterales Odriozola y Marcelo, dos jugadores que sufren mucho cuando el equipo juega a idas y venidas.
Vallejo luchando un balón con F. Chalov / EFE
Javi Sánchez no ha dado el nivel esperado. El canterano ha sido superado por el ambiente de Champions y los delanteros del CSKA han hecho lo que han querido con él.
Solari ha apostado por un centro del campo de contención con Valverde y Marcos Llorente en la medular liberando de toda función defensiva a Isco Alarcón. El malagueño se lo ha tomado al pie de la letra. En ningún momento ha cruzado el centro del campo en labores defensivas.
Humillación blanca
En una de esas jugadas de falta de compañerismo ha llegado el primer gol del CSKA. Solo quedaban cuatro jugadores para cerrar y Fedor Chalov, el nueve de los rusos, la ha puesto bien al segundo palo. Courtois no ha tenido el día, sobretodo en el segundo gol.
Si el primer gol viene de un caos defensivo el segundo aún peor. Schennikov terminaba empujando un balón dentro del área mientras la defensa blanca se quedaba quieta por completo. El balón entra llorando en la portería superando el portero belga.
El CSKA celebrando el segundo gol en el Bernabéu / EFE
El tercer gol es un claro ejemplo de renuncia total de intenciones. Tres jugadores blaugranas frente a seis de blanco y el resultado ha sido un cómodo disparo para el centrocampista Sigurdsson. Peor no se puede defender una jugada.
Desesperación más que visible
La parcela ofensiva del Real Madrid ha sido irregular y prácticamente desaparecida en todo el partido. Los errores individuales han pasado factura. En cada aproximación blanca ha ocurrido un fallo individual que ha malbaratado la ocasión.
Benzema sigue muy impreciso en los últimos metros. Sus regates son lentos y la toma de decisiones demasiada arriesgada. Bale lo ha sustituido en el descanso. Los extremos Vinicius y Marco Asensio en su línea de irregularidad. No piden el balón como deberían a pesar de ser los que más calidad atesoran.
0-3: silbidos y humillación en el Bernabéu
La afición blanca ha despedido a su equipo entre silbidos. La puesta en escena del Real Madrid parecía buena pero a medida que avanzaba el partido se ha decantado claramente para los intereses de los rusos. Resultado: silbidos en el Santiago Bernabéu.
Karim Benzema mostrando su frustración ante el CSKA / EFE
Los merengues no entienden como puede ser que se renuncia a un partido así en los primeros minutos. Asensio e Isco han sido los cabezas de turco por parte de los aficionados pero todos los jugadores han demostrado este miércoles una falta de compromiso total. La división entre vestuario, jugadores y afición es total.
Parece que Solari no solo tiene los problemas de los internacionales españoles sino que el problema entra de lleno en el campo. Jugando como en Huesca o como frente al CSKA difícilmente vuelvan a conseguir nada. Otro problema en casa de Florentino.