Marco Asensio no vive sus mejores días desde que llegó al Real Madrid. La futura promesa de Florentino Pérez --y proyecto Balón de Oro-- ha perdido el peso que le dio Zidane y heredó con Julen Lopetegui y Solari le ha cambiado de bando. De titular indiscutible a carne de banquillo.
Lejos quedan aquellos días en que su fútbol --todavía intacto en sus botas-- enamoró al Santiago Bernabéu. Un primer año en que Zinedine le dio continuidad y, con esfuerzo, demostró unas cualidades que alabó toda Europa. Asentado en el once y en la buena consideración del club y la afición, el mallorquín bajó su rendimiento --como el de todo el colectivo-- pero su figura es más fácil que señalar que a la de otros cracks y el banquillo es su lugar, por ahora.
Cambio de rol de Asensio
De jugar la Champions League a jugar contra el Melilla como titular en el Bernabéu. Una imagen de la que apenas distan seis meses y que se apreció en su rostro, como en el de Isco, cuano vieron el panorama al que han sido relegados. ¿Falta de rendimiento? ¿De galones? ¿De compromiso? ¿De esfuerzo? No se sabe, pero parece ser que Solari tiene motivos de peso para haber sentado a sus dos mejores peloteros en el banquillo y dar entrada al trabajo y el sudor para levantar una temporada que se preveía larga.
El incansable Lucas Vázquez le ha arrebatado el sitio e incluso Fede Valverde o Reguilón han conseguido entrar en el once inicial pese a sus limitaciones técnicas. Una situación que se asemeja mucho a la que vive Isco con Solari, pero con algunos matices que invitan al optimismo.
Estrategia fallida
Con el ego tocado, tampoco funcionó su estrategia particular contra el técnico argentino. Aseguró que él no debía "tirar del carro" vistas sus suplencias y el tiro le salió por la culata. Carne de banquillo para un jugador que no quiere asumir responsabilidades en un periodo extremadamente delicado para el Madrid. O eso debió entender Solari.
Marco Asensio aguanta el balón durante el partido que enfrentó a Real Madrid y Atlético / EFE
Y desde entonces, Lucas ha sido quien acompañado a Bale y Benzema en el tridente de ataque. Con menos magia e inspiración que con Asensio, pero más efectivo dada la necesidad de resultados por la que pasan los blancos.
Volver a empezar
Consciente de la situación que vive, toca volver a empezar desde lo más bajo. Pese a ser uno de los castigados a jugar contra el Melilla, Asensio volvió a demostrar su magia. Brilló como en las mejores noches, asumió responsabilidades --y tareas defensivas-- marcó y demostró así, su arrepentimiento por las declaraciones realizadas con la selección española.
Tras su partido ante el Melilla, tiene una nueva oportunidad frente al CSKA de Moscú. Un partido menor contra un rival difícil, pero con poco en juego a efectos de clasificación. El mallorquín ya ha recibido los toques de atención pertinentes y ha quedado claro: sin esfuerzo se verá resignado a los partidos intrascendentes. Un lujo que ni el futbolista ni el Real Madrid se pueden permitir.