Aumentan las sospechas por dopaje contra Sergio Ramos
La falta de un reglamento común y la libre interpretación de las normas apuntan a una irregularidad clara sin penalizar
1 diciembre, 2018 12:25Sergio Ramos y su posible incumplimiento de las reglas antidopaje se ciernen sobre el futbolista del Real Madrid. Y es que desde que salieran a la luz los dos informes que acusan de dopaje al central blanco y su posterior respuesta ante los medios, algunos flecos entorno a su caso todavía están sin resolver. Unas dudas por disipar que apuntan a que el posible dopaje de Ramos acabará archivado por incongruencias lingüísticas.
La agencia española antidopaje (AEPSAD) defendió su postura con un comunicado firmado por su director, José Luis Terreros, que quiso zanjar las dudas, pero que abre un debate mayor sobre los controles que se realizan, el deporte en general y Ramos, como muchos otros, en particular. Todo reside en la decisión del jugador tras el Málaga-Real Madrid --de abril de 2017-- en que hizo caso omiso a las recomendaciones del médico que realice el test y decidió ducharse. Una decisión que mientras que en el artículo 77.2 del real decreto de 2009 que regula los controles en competición estipula que el agente de control "deberá prohibirle ducharse o bañarse, y orinar", el reglamento de la europea de fútbol no cita ni una sola vez la palabra ducha y en el reglamento de la FIFA apenas se hace mención de ello y señala: "La sala de control de dopaje deberá disponer de ducha, lavabo y retrete".
Sin expediente
Y es que quien fuera que redactó ese artículo podría darle el beneficio de la duda a Sergio Ramos por una coma. La interpretación del jugador, el club y el médico fueron distintas pese a que se insistió al defensa en que no se duchara. Y una vez sobrepasado el reglamento los responsables de la AEPSAD iniciaron un procedimiento informativo por una presunta falta muy grave del jugador, cinco meses después.
Una foto de archivo de Sergio Ramos / EFE
Un procedimiento que ahora ha quedado archivado a falta de pruebas y de un reglamento conjunto para todos los deportistas de élite de todos los deportes. Llama la atención la falta de unas normas colectivas ya que si el control lo ordena cualquier federación excepto la Unión Ciclista Internacional (UCI) --que sí específica dicha prohibición-- el reglamento queda a la libre interpretación del controlador que la efectúe.