La paciencia de Florentino Pérez tiene un límite. El presidente del Real Madrid ha pasado por alto en varias ocasiones las salidas de tono de sus futbolistas. Todo con tal de no armar revuelo y limpiar los trapos sucios de puertas hacia dentro. Es su estilo. Pero todo tiene un límite. Y hay un jugador en especial que desquicia al mandamás blanco sobremanera.
Roma marcó un antes y un después en la trayectoria de Isco en el Real Madrid. La figura del malagueño siempre ha estado cuestionada en Valdebebas. Goza de un talento incontestable. Pero adolece de una falta de actitud intolerable. A Isco no le gusta entrenar. Rehuye el esfuerzo. La disciplina. El trabajo. Y ello choca frontalmente con las exigencias de un Santiago Solari que quiere que sus jugadores se dejen la piel en cada entrenamiento.
Las desavenencias entre Isco y Solari tienen su origen en la falta de compromiso del malagueño. El centrocampista siempre tuvo sus más y sus menos con los entrenadores que han pasado por el banquillo blanco. De talante orgulloso y un tanto altivo, Isco siempre ha ido un poco a la suya. Hasta ahora Florentino había condescendido, pero el presidente ha dicho basta.
Oportunidad perdida para Isco
Esta temporada representaba la gran oportunidad de Isco para dar un paso al frente en el Real Madrid. El malagueño era el gran beneficiado tras la marcha de Cristiano Ronaldo. Sin el portugués en el campo, tendría más libertad de movimiento, sobre todo a nivel ofensivo. Pero la realidad es que Isco no ha sabido sacar a relucir su juego. Fue uno de los abanderados de Lopetegui, pero falló. Y con Solari todavía no ha demostrado nada.
Isco Alarcón se lleva las manos a la cabeza tras fallar una ocasión clara / EFE
Desde que el argentino se sienta en el banquillo del Real Madrid, Isco todavía no ha sido titular. Apenas disputó media hora contra el Valladolid y el Eibar y quince minutos ante el Viktoria Plzen. El partido del Celta se lo vio desde el banquillo y el de la Roma directamente desde la grada. Este último fue un claro castigo por su falta de actitud en los entrenamientos.
Obediencia sumisa
Santiago Solari está obedeciendo a pies juntillas todas las órdenes de Florentino Pérez. Sabe que esa es la única manera de mantenerse en el cargo. Desde el principio dio mayor protagonismo a Vinicius en el primer equipo, una de las grandes demandas del presidente no cumplidas por Lopetegui. El joven talento brasileño, además, respondió con goles, aunque fueran de rebote, y se erigió en el nuevo ídolo del madridismo.
El técnico también fue contundente a la hora de sacrificar definitivamente a Keylor Navas en favor de Courtois. Puso fin a las rotaciones en la portería y entregó la Champions al belga, condenando al costarricense al ostracismo más absoluto.
Solari da órdenes a Vinicius / EFE
La otra consigna de Florentino consistía en recuperar y mimar a Bale y a Benzema. Más que nada por necesidad, ya que el club blanco parece condenado a tirar de ambos hasta final de temporada. Pero el presidente no fue tan indulgente con Isco. El malagueño había desperdiciado su oportunidad. Solari debía apostar por otros jugadores. Y eso está haciendo el técnico.
Florentino valora vender a Isco. Tal vez podría utilizarlo como moneda de cambio para atraer a otro crack. En este sentido, el Chelsea lleva tiempo tras los pasos del malagueño y podría aceptar una operación que incluyera a Hazard. El belga ha dado innumerables guiños al Madrid, aunque recientemente descartó abandonar el club londinense en invierno porque no quiere dejarlos tirados. Ahora bien, si su marcha fuera suplida, tal vez mitigaría estos remordimientos.