El Real Madrid venció con facilidad a la Roma este martes (0-2). Los blancos prácticamente certificaron el pase a los octavos de final de la Champions como primeros de grupo. Sin embargo, no hay paz en Valdebebas. Porque el vestuario madridista sigue siendo una olla a presión. La última enganchada la protagonizaron Isco y Solari.
Cuando el técnico argentino dio el once y el banquillo para el partido contra la Roma saltaron todas las alarmas. Isco quedaba descartado. Se iba a la grada. En el once titular, en cambio, sí figuraba Marcos Llorente, mientras Fede Valverde y Ceballos quedaban en el banquillo. Sin molestias físicas conocidas, la decisión de Solari significaba un claro castigo hacia el malagueño. Pero ¿por qué?
Solari echa un pulso
“Son decisiones puntuales para momentos puntuales”, se limitó a explicar Solari. El técnico no quiso añadir nada más en relación con Isco. Desde la capital del reino se apunta a que Isco le habría faltado al respeto a Solari el pasado fin de semana. Según explicó Manolo Lama en la Cope, el malagueño habría tenido un rifirrafe con el argentino y eso habría motivado que fuera uno de los descartados en Roma.
Lo cierto es que Isco estaba tan desconcertado cuando llegó al Olímpico de Roma que ni siquiera sabía si tenía que pasar por el vestuario. El escenario era inédito para él. No se recuerda una desconvocatoria del malagueño en un encuentro de este nivel desde que llegó al Real Madrid en 2013. Ni Ancelotti, ni Benítez, ni Zidane, ni Lopetegui le habían castigado nunca con tanta severidad.
Carne de banquillo
Desde que Solari se hizo cargo del equipo, Isco no ha encajado nada bien sus constantes suplencias. Todavía no ha sido titular con el argentino en el banquillo. Apenas disputó media hora contra el Valladolid y quince minutos frente al Viktoria Plzen. En Balaídos ni siquiera jugó. Y ante el Eibar de nuevo entró a media hora del final, con el partido ya perdido.
Isco en el entrenamiento previo al partido contra la Roma / EFE
Al principio se podía entender como una aclimatación tras su operación de apendicitis. Lopetegui le había forzado para jugar de titular contra el Levante, el Viktoria Plzen y el Barça. Pero Isco no estuvo fino. Con todo, ya ha pasado más de un mes desde entonces, y las continuas ausencias del malagueño parecen deberse antes a cuestiones deportivas. O personales.
Choque de caracteres
Las informaciones provenientes desde Madrid indican que las desavenencias entre Isco y Solari se deben a la falta de actitud del malagueño en los entrenamientos. Nada nuevo bajo el sol. Porque Isco nunca ha sido de darlo todo en Valdebebas. Es más bien algo reticente a esforzarse demasiado en un entrenamiento. Pero esta actitud acomodaticia choca con el carácter de Solari.
La relación entre ambos no es buena. Isco es un futbolista orgulloso, un tanto soberbio, y más ahora que se ha convertido en referente de la selección española. El banquillo no es fácil de digerir para un jugador con su personalidad. El conflicto está abierto. Y no ha hecho más que empezar.