Florentino Pérez no aguanta más. Está harto. El bochornoso espectáculo de sus jugadores ante el Eibar fue la gota que colmó el vaso. El mandamás del Real Madrid se miró el esperpento desde el palco de Ipurua con cara de pocos amigos. Circunspecto. Maldiciendo para sus adentros. Florentino sabe que este equipo no funciona. Y prepara una limpieza brutal de la plantilla.
En el fondo, el presidente del Real Madrid es consciente de que la crisis del equipo no es debida al entrenador. Intentó descargar todas las culpas en Lopetegui. Pero el efecto Solari apenas le ha durado cuatro partidos. Un bálsamo insuficiente. Un espejismo. La cruda realidad es que la plantilla actual no sirve. Falta actitud, entusiasmo, motivación. Y sobra la soberbia de unos jugadores apoltronados en la silla.
Hace falta un líder
El desastre del Real Madrid solo lo arreglaría un fichaje galáctico. Florentino Pérez lo sabe. Es hora de desempolvar nuevamente la cartera y enmendar los errores cometidos el pasado verano. Se dejó escapar a Cristiano Ronaldo sin buscarle un sustituto. Y es evidente que los 50 goles que promediaba el portugués no están en al alcance de ninguno de los actuales futbolistas blancos. Es más, al ritmo que van, ni la suma de Benzema, Bale y Asensio se acercará a esa cifra.
El Real Madrid vive huérfano de su líder. Nadie asume los galones en los momentos difíciles. Todos miran para otro lado, se quitan la responsabilidad de encima. Y el equipo deambula perdido en una ciénaga. De modo que si ninguno de los integrantes de la plantilla está dispuesto a tirar del carro, a Florentino no le queda otra que hacer limpieza y renovar el equipo.
Limpieza a fondo
En este sentido, Gareth Bale es uno de los principales señalados. El galés ha defraudado sobremanera a Florentino. Se ha demostrado un fiasco. Y a nadie se le escapa que está será su última temporada en Madrid.
Gareth Bale es amonestado por Martínez Munuera / EFE
Modric también figura en la lista de indeseables. De hecho, Florentino se arrepiente de no haberlo vendido en verano al Inter. Difícilmente volverá a recibir una oferta tan buena por él. La fatiga del Mundial ya no es excusa para explicar su baja forma.
Isco y Asensio son otros dos que han rehuido dar un paso al frente. Se esperaba mucho más de ellos tras la marcha de Cristiano. Se suponía que tendrían más libertad para desplegar su fútbol. Pero más libertad también implica más responsabilidad. Y ellos la han eludido.
Kroos, Varane y Marcelo completan la nómina de futbolistas que están mostrando su peor versión. También Sergio Ramos. El capitán está tan desautorizado que da más patadas que zancadas.