El inicio de la presente temporada ha dejado en evidencia al proyecto que Julen Lopetegui había iniciado en el Real Madrid. A parte de que los jugadores se empeñaron en ofrecer la peor versión de sí mismos, al equipo de faltaba una idea de juego y el trabajo que se realizaba en los entrenamientos quedó en entredicho, sobre todo en la parcela de la preparación física.
Varios jugadores cayeron lesionados a las primeras de cambios, algo que nunca visto en las temporadas anteriores con Zinedine Zidane en el banquillo. En ese momento, la dirección del Real Madrid tomó una decisión que se mantiene, e incluso ha tomado más peso, a día de hoy con Solari como entrenador.
Con ello se quiere evitar la perdida de jugadores tan importantes como Marcelo y Carvajal, cuyas lesiones dejaron al Real Madrid sin laterales de garantías o que Isco se recupere totalmente. El centrocampista malagueño fue operado de apendicitis y tras tres semanas de reposo llegó bajo de forma. A su vez, el endeble estado físico mostrado por varios jugadores, como Modric, dio a entender que algo no se estaba haciendo bien.
Sin balón
Antonio Pintus llegó al conjunto blanco de la mano del técnico francés y pese a su marcha el pasado verano permaneció en el club. La llegada de Lopetegui y su equipo le ubicaron en un segundo plano, pero viendo los resultados en la forma física de los jugadores, los dirigentes blancos, encabezados por Florentino Pérez, le otorgaron el control absoluto de la gestión de la preparación física del equipo.
Antonio Pintus (i) junto a Zidane (d) en la etapa del técnico francés en el Real Madrid / EFE
La llegada de Solari al banquillo del Real Madrid no ha supuesto ninguna alteración en este aspecto, sino todo lo contrario. El técnico argentino es consciente de que llegó de rebote y si quiere mantener el cargo de entrenador deberá ceder en muchos momentos. De ahí a que la plantilla del conjunto blanco vaya a dedicar una sesión de entrenamiento al aspecto puramente físico, a trabajar sin balón.
Si bien el trabajo de Antonio Pintus fue una de las claves de los éxitos en la etapa de Zinedine Zidane en el banquillo del Santiago Bernabéu, nunca se llevó a cabo una acción tan drástica. Las sesiones del preparador italiano constan de dos horas que se dividen en trabajar en el gimnasio y en series de carreras.
Derroche de energía
No cabe duda de que estos planes de entrenamiento suponen un agotamiento extra para los jugadores, acostumbrados a trabajos más livianos desde la pasada pretemporada. Sin embargo, algo debe cambiar para reconducir la situación y Solari ha acatado sin rechistar esta propuesta.
Sesión de entrenamiento del Real Madrid / EFE
Es sabido que los jugadores del Real Madrid mantienen una buena relación con Antonio Pintus, pero también reconocen que sus sesiones de trabajo son agotadoras y no todos se encuentran cómodos con ellas. Sea como sea, el preparador italiano se ha convertido en el máximo responsable de la preparación física del equipo con el beneplácito del presidente blanco, una parcela en la que Solari no tiene nada que decir.