La llegada de Solari al banquillo del Real Madrid no cambia el malestar que se vive en el seno del vestuario blanco. Tal vez sirva de analgésico para mitigar el dolor temporalmente, pero no cura la enfermedad. La plantilla sigue dividida. Fracturada. La única diferencia es que ahora el técnico no se posiciona en ninguno de los bandos. Trata de ser conciliador. Pero Sergio Ramos ya tiene a su próxima víctima en el punto de mira.
La salida de Cristiano Ronaldo dejó un vacío irrecuperable en el vestuario del Real Madrid. El portugués no solo aportaba 50 goles por temporada, sino que además era el líder indiscutible del equipo. Él asumía la responsabilidad cuando las cosas iban mal. En los momentos difíciles se cargaba al equipo a sus espaldas. Tiraba del carro. Y todos sabían que podían confiar en él.
Sin embargo, la marcha de Cristiano dejó al equipo huérfano. Desde entonces los pesos pesados de la plantilla pugnan por ocupar su lugar. Pero, al mismo tiempo, no hay nadie que despunte lo suficiente como para ganarse el respeto unánime de los demás. Y los jugadores que estaban llamados a dar un paso al frente se han achantado. Desde los más jóvenes a los más veteranos.
Ramos defiende a los suyos
Ante este panorama, Sergio Ramos, como capitán, asumió el liderazgo de la plantilla. El de Camas enseguida se granjeó el apoyo del clan español. Ramos es un referente para Nacho, Carvajal, Asensio, Lucas Vázquez y los más jóvenes de la plantilla. No sin reticencias, Isco también lo respeta. Pero no goza del mismo carisma entre los internacionales madridistas.
Sergio Ramos anima a la hinchada del Bernabéu / EFE
En este sentido, Sergio Ramos ejerció de capo saliendo al paso de las críticas sobre Marco Asensio. El mallorquín es uno de los señalados por su falta de compromiso. El club esperaba más de él esta temporada, pero Asensio rehuye la responsabilidad. Tal y como afirmó a la prensa, según él “hay jugador más experimentados, con un estatus mayor, que son los que deben tirar del carro”.
Estas palabras le valieron aún más críticas, pero Ramos empatizó con su compañero: “A los jóvenes hay que dejarlos que disfruten y no llenarles la maleta de piedras. Tenemos que asumirlo, aunque los no tan jóvenes poco a poco tienen que ir demostrando para estar todos al máximo nivel y habrá menos problemas”, afirmó el capitán.
En el punto de mira
Tanto las palabras de Asensio como las de Ramos aluden a un mismo nombre. Ese otro jugador con un estatus mayor, que ya no es tan joven y que debería demostrar más no es otro que Gareth Bale.
El galés es el futbolista mejor pagado de la plantilla. Florentino Pérez depositó todas sus esperanzas en él tras la marcha de Cristiano. El gol en la final de la Champions, así como otros goles en momentos decisivos, invitaban al optimismo con Bale. Sin Cristiano, él asumiría el mando del equipo. Tendría más protagonismo. Y marcaría los goles que antes marcaba el portugués.
Pero los cuentos de la lechera no le salieron bien al presidente y en el vestuario están cansados de las críticas generalizadas cuando principalmente es uno de los jugadores el que más ha fallado. Florentino hace tiempo que se hizo consciente de su error y trabaja para enmendarlo.
Una foto de archivo de Gareth Bale / EFE
Gareth Bale es el verdadero fiasco del Real Madrid. El club pagó una millonada por un jugador que nunca ha estado a la altura de las circunstancias. Su falta de actitud y compromiso desquicia a Sergio Ramos. El capitán, al igual que el presidente, lo quiere fuera del Real Madrid.