Sergio Ramos, Isco y Marco Asensio son los intocables de la Roja. Los tres jugadores blancos estuvieron con Julen Lopetegui en el Mundial de Rusia, fueron indiscutibles en el esquema del vasco cuando llegó al Real Madrid y continúan con ese rol en la selección que confecciona día a día Luis Enrique.
Pese a que en el combinado nacional parece ser que su rol todavía surge efecto, al menos bajo las órdenes del técnico asturiano, no ocurrió lo mismo en Rusia ni en el Madrid. Los tres jugadores tuvieron un campeonato del Mundo muy discreto y España cayó frente a Rusia en octavos de final frente a la anfitriona en los penaltis.
Una situación difícil, pero que se alargó al Real Madrid pasado el verano. Con el técnico vasco en el banquillo del Bernabéu los tres jugadores gozaron de minutos y oportunidades, pero su rendimiento estuvo y está por debajo de sus capacidades reales.
Sin Cristiano, sin líderes
La marcha de Cristiano dio galones a los tres españoles. Ramos se erigió como máxima autoridad del vestuario, asumió el rol de lanzador de penaltis e incluso faltas y reclamo publicitario de la entidad. Isco, por su parte, asumió una de las bandas de la medular como interior y pudo sacar a relucir el guante de su bota en algunos balones parados. Además de, paralelamente, desquitarse de uno de los compañeros con los que menos feeling tenía. Para Asensio quedó la banda izquierda que abandonó el portugués, pero ninguno de los tres ha demostrado el nivel que tuvieron la temporada pasada.
Isco Alarcón y Marco Asensio en el Real Madrid / EFE
Los tres están en el punto de mira del madridismo. El capitán ha bajado su rendimiento, se ha cegado con su potencial ofensivo olvidando sus obligaciones defensivas y el Bernabéu ya le ha silbado, especialmente, cuando el equipo no ha jugado bien. Con la llegada de Santiago Solari al banquillo, Ramos mantiene su jerarquía en el verde, pero Isco y Asensio han acusado su bajón.
El técnico argentino no se casa con nadie y han pasado de ser indiscutibles a suplentes en un abrir y cerrar de ojos. Todos ellos muestran los mismos síntomas de Rusia con el Real Madrid. Acomodados en su zona de confort y alabados en su calidad y no su trabajo. Quieren técnicos con mano izquierda, pero excepto el capitán, han rehuido de de sus obligaciones en el verde cuando no vienen como gustan. Ahora, tienen una nueva oportunidad, y una obligación, de sacar las castañas del fuego con la Roja.
Es la única forma que tienen de recuperar la titularidad en su club y pese a que Asensio opine distinto, en la Roja si deben tirar del carro.