Karim Benzema es el eterno debate en el Santiago Bernabéu. Un delantero que levanta pasiones y tormentas y que tras diez años en la casa blanca es un incomprendido por una afición y directiva que le reprocha constantemente su falta de gol. Julen Lopetegui lo mantuvo en la lista de intocables, tal y como hizo su compatriota Zidane durante tres temporada, pero con Santiago Solari al mando las cosas han cambiado.
El técnico argentino mantuvo una conversación con Florentino Pérez antes de hacerse cargo del primer equipo en la que el 9 blanco fue uno de los temas de conversación. En primer lugar, Solari aseguró al mandatario madridista estar preparado para asumir el mando y en segundo destacó su voluntad de cambiar la dinámica con jugadores muy acomodados. Unas explicaciones que convencieron a Florentino y de las que hizo gala en sus primeros días como entrenador.
Las ruedas de prensa fueron claras. Alabó la figura de Vinicius como jugador del primer equipo y pidió un paso al frente a los pesos pesados del vestuario. Para Solari no han indiscutibles ni amistades. Sabe que se juega un cargo al que se ha preparado a conciencia durante muchos años y no permitirá que la parsimonia de ningún jugador estropee una oportunidad única.
Agresividad y carácter
Solari quiere que sus jugadores transmitan sus valores en el terreno de juego. Sean agresivos --en el buen sentido de la palabra-- y ambiciosos. El escudo en el pecho no gana partidos y dio prioridad a la etapa realizadora del equipo. El Madrid ha cambiado la posesión, por el juego vertical y las bandas y de momento ha obtenido resultados. Tres victorias de tres partidos y 11 goles a favor y ninguno en contra.
Pese a que el equipo ha sufrido en casi todos los encuentros hasta ponerse por delante en el marcador, otra de las facetas primordiales para el argentino es el gol. Una faceta que no está reservada para nadie, pero de la que jugadores como Benzema o Bale deben responsabilizarse en mayor grado. El francés siempre ha defendido su rol en el equipo por otras virtudes. Hacer jugar al equipo, crear juego, asistir, pero lamentablemente para él luce el 9 a la espalda y el dorsal no le exime de sus obligaciones como delantero centro.
Recuperar el gol
Afición, entrenador y presidente necesitan que Benzema marque. Frente al Viktoria Plzen firmó un doblete y una asistencia y sobrepasó los 200 goles con el Real Madrid convirtiéndose en el séptimo máximo goleador de la historia del club.
Benzema celebra un gol / EFE
Ese delantero es el que quieren a partir de ahora, o su figura se verá relegada al banquillo como tantas veces ha pasado con Gareth Bale. En la recámara espera Vinicius y otro brasileño --Rodrygo del Santos-- que podría aterrizar en el Bernabéu en cualquier momento.
Las suplencias de Isco también son otro mensaje entre líneas. Se acabó sobar el balón hasta dormir el partido. El Madrid no es el Barça y la velocidad y descaro deben ser características irreprochables. El francés lleva diez años en la casa blanca y pese a que se tiene más paciencia con él por sus galones y trayectoria, a sus 30 años no será un indiscutible. No más si no hace bien su trabajo. Puede aportar todo lo que quiera al equipo, pero el gol es obligatorio. Benzema debe encontrar regularidad en su faceta goleadora o el banquillo le espera. Vinicius está a la espera.