Prueba de fuego para Santiago Solari superada con éxito. El Real Madrid le endosó una manita al Viktoria Plzen en Champions League en el primer partido en Europa del técnico argentino y se desquitó de los fantasmas que perseguían al equipo. Los blancos afinaron la puntería de cara a portería pese a que el juego antes del 0-2 no fue excelso. Con la comodidad del marcador a favor, los hombres de Solari se hicieron dueños del partido con un once que muchos cuestionaron, pero que, de momento, le dio la razón.
Asensio, Luka Modric, Keylor Navas e Isco, indiscutibles en Europa la temporada pasada, vieron el inicio del partido desde el banquillo. Una situación que no gustó a ninguno, pero que señala especialmente al malagueño. Desde que Solari se hizo cargo del primer equipo, el 22 blanco acumula tres suplencias que han revivido algunos de los fantasmas pasados con Zinedine Zidane al mando.
Solari revolucionó el once inicial. Cambió de portero dando entrada a Courtois, Odriozola y Reguilón acompañaron a Ramos y Nacho. Ceballos, Casemiro y Kroos gestionaron la medular y Lucas le ganó la partida a Asensio e Isco para acompañar a Bale y Benzema. Cuatro caras nuevas para un partido de vital importancia en el seno del madridismo. Tres puntos y una goleada a la que deberán dar continuidad este domingo en liga frente al Celta de Vigo.
A esperar
Tras superar su baja por una apendicitis, Julen abogó por la prudencia con el centrocampista, pero Solari ha cambiado de guión. Todo apunta a que será titular frente a los gallegos, pero si la situación en el banquillo se alarga podría significar otro incendio de más en el vestuario.
Isco pelea un balón en el partido contra el Valladolid / EFE
Isco es un peso pesado en el Real Madrid y está harto de que se cuestione su calidad en el verde. Ha aguantado las suplencias con Ancelloti y Zinedine Zidane y parece ser que solo los técnicos españoles, en su día Rafa Benítez y más tarde Julen Lopetegui, encuentran en él el jugador que necesitan.
Frente al Viktoria Plzen jugó apenas 17 minutos, en Copa se quedó en Madrid y frente al Valladolid dispuso de algo más de media hora. En total 60 minutos de 270 posibles. Solari debe darle continuidad a un jugador que elabora el juego del Madrid, aunque retiene en exceso el balón para un conjunto al que le gusta la velocidad. Isco no asumirá, una vez más, los platos rotos de cambio de entrenador. Se avecina tormenta.