El caos en el Real Madrid es evidente. La dirección deportiva ha tenido poco trabajo estos últimos tres años en lo que se refiere a entradas. Todas las nuevas incorporaciones han llegado desde clubes menores y los esfuerzos se han centrado en conseguir firmar buenas negociaciones para las salidas de jugadores como Pepe, James, Morata o, la última y más sonada, Cristiano Ronaldo.
Con Santiago Solari al mando del primer equipo, tras la destitución de Julen Lopetegui, los resultados han cambiado pero no la dinámica en el juego, marcada por la pasividad del colectivo y la falta de gol que deberán resolver esta noche frente al Viktoria Plzen. Florentino Pérez analiza el mercado para encontrar un recambio de renombre en el banquillo, pero también se discute en el templo blanco si acudir al mercado de invierno para mejorar la calidad de la plantilla y poner caras nuevas a un vestuario acomodado.
Ahorro para verano
Al empresario madrileño no le gusta el mercado de invierno. Los precios suelen ser desorbitados y prefiere tener margen de negociación durante la ventana veraniega, con tres meses y muchas ofertas que escuchar. Aun así, el peligro de tirar la temporada por la ventana es uno de los principales miedos del madridismo, y la situación se entiende como arriesgada, especialmente si los jugadores no consiguen revertir la situación.
En caso de aceptar la incorporación de nuevas caras, Florentino quiere mantener la política que le ha caracterizado estos últimos años. Ahorro máximo para, posiblemente, poder afrontar el fichaje de uno o dos galácticos en verano. Con esas posibilidades sobre la mesa, el mandatario blanco se ha fijado en uno de los equipos revelación de la temporada e íntimo amigo de los blancos a la hora de hacer negocios; el RCD Espanyol.
Dos nombres en mayúscula
Con los dos conjuntos catalanes como primero y segundo de la clasificación --Barça y Espanyol respectivamente-- y ante la imposibilidad de tocar a ningún azulgrana, el Real Madrid se ha fijado en dos jugadores que han llamado la atención de muchos, incluido Luis Enrique. El primero y más destacado es el defensa Mario Hermoso, una pieza fundamental en el esquema de Rubi. El central zurdo puede jugar en dos posiciones en horas bajas en el Real Madrid. Central y lateral zurdo y dado el panorama con Marcelo lesionado y Sergio Ramos de capa caída, podría ser una buena opción para los blancos.
Una foto de archivo de Mario Hermoso / EFE
Asimismo, su precio sería más que asequible. Hermoso se formó durante diez años en La Fábrica y tras su venta estipularon en el contrato una opción de repesca por tan solo 15 millones de euros. Un central de garantías, con buena salida en conducción, contundente y goleador. Un perfil que gusta en la casa blanca y con una proyección prometedora a sus 23 años. Además, la falta de protagonismo de Vallejo --no ha debutado todavía en partido oficial en lo que va de temporada-- auguran fichajes en la zaga blanca.
Otra de los jugadores que gustan es Rodrygo Goes, del Santos, que podría llegar para reforzar una delantera sin referentes y acogida a la magia de Vinicius aún por explotar.
Tradición madrileña
Y es que acudir al Espanyol es ya una costumbre para los blancos. En los últimos años, el Real Madrid ha invertido en los jugadores más prometedores de la casa periquita. Marco Asensio es el que más frutos ha dado en el templo blanco, pese a estar a punto de ser jugador azulgrana un año antes. También Kiko Casilla, llegó procedente de Barcelona tras una temporada increíble bajo los palos blanquiazules, pero no pudo hacerse con un hueco en la portería defendida por Keylor Navas y quedó relegado al banquillo y a la Copa del Rey.
Callejón también fue uno de los fichajes estrella del Madrid procedente del Espanyol, pero el extremo nunca encontró continuidad. El último que parece haberse hecho un sitio, al menos con Zidane, es Lucas Vázquez, que vuelve a estar en el punto de mira tras un inicio de temporada irregular y marcada por su ausencia en el once inicial.