Santiago Solari se gana sus primeros enemigos en el vestuario del Real Madrid. Nunca es fácil lidiar con una plantilla de cracks como la del club blanco. Y menos cuando el equipo vive enfrentado y en crisis. Por eso el técnico debe imponer respeto desde el principio. Pero a Solari ya hay quien le planta cara.
Carlos Casemiro expresó ostentosamente su enfado cuando Solari optó por sacarlo del terreno de juego. No se lo tomó nada bien. Y no ocultó su enojo. El técnico decidió sustituirlo por Isco en el minuto 56. El brasileño no daba crédito y mostró su indignación tirando la chaqueta contra el banquillo. Toda la escena transcurrió ante la presencia de Solari, quien ni se inmutó. O eso fingió.
Con el cambio, técnico argentino buscó más presencia en el área rival. El Real Madrid estaba aturdido. Atenazado por el Valladolid. Pero lo cierto es que la salida de Casemiro se tradujo en mayor peligro en el área blanca. Los pucelanos llegaron con más facilidad e inquietaron en varias ocasiones la portería rival.
Cambio conflictivo
Casemiro sostuvo el centro del campo del Madrid y presionó la salida de balón del Valladolid mientras estuvo sobre el césped. Realizó once recuperaciones de balón e incluso tuvo en sus botas el gol en dos ocasiones. La más clara en el minuto 55, justo antes de ser sustituido, con un remate desde fuera del área que el guardameta del Valladolid logró atajar con su estirada.
El centrocampista del Real Madrid, enfrentado a Sergio Ramos tras el clásico, pagó los platos rotos y fue la viva imagen de la frustración durante el cambio. A ningún jugador le gusta ser sustituido, menos aún cuando el equipo no gana. Y así lo vivió Casemiro. Tras estrecharse la mano fugazmente con Solari, el brasileño recogió un chaquetón que le ofreció un auxiliar. En vez de abrigarse, lanzó la prenda contra el banquillo, ante la mirada atónita del cuerpo técnico madridista. Cuando se sentó esculpió un rostro adusto y arrugado.
Primeros incendios
El primer incendio en el Madrid de Santiago Solari se produjo en el once titular. El técnico dejó a Isco en el banquillo, quien tampoco encajó demasiado bien la suplencia.
Isco pelea un balón en el partido contra el Valladolid / EFE
El malagueño había ganado mucho protagonismo con Lopetegui, pese a no estar especialmente fino. Isco fue el gran beneficiado de la marcha de Cristiano Ronaldo. Ahora tiene galones para lanzar los tiros libres. Y mayor libertad para moverse sobre el campo. Se ha venido arriba en el vestuario. Tiene un punto gallito. Pero Solari no está dispuesto a que se le suba a la grupa.
La burbuja Vinicius
Santiago Solari va a tener que aprender a lidiar con los egos de los jugadores del Real Madrid. La irrupción de Vinicius es otra amenaza para el vestuario. Un arma de doble filo. Por un lado, el brasileño es la mejor baza del técnico para conservar el puesto. Pero al mismo tiempo puede condenarle a los ojos de otros cracks más consolidados, quienes ven con recelo la meteórica ascensión de un crío de 18 años.
El medio brasileño está especialmente tenso. Hace tres días estuvo muy agresivo en una entrada a Courtois durante el rondo del entrenamiento. De momento, Casemiro ha sido quien le ha dado el primer aviso. Vendrán más.
Casemiro va al límite en los entrenamientos