El Real Madrid está viviendo un inicio de temporada para olvidar. Si bien se podía considerar algún tropiezo inicial, los malos resultados se han ido extendiendo, encadenando cinco partidos sin ganar y cuatro sin marcar, sumándole la derrota del clásico en el Camp Nou el pasado 28 de octubre. Todo ello ha llevado a Florentino Pérez a replantearse la situación y tomar ciertas medidas para reconducirla.
De entrada Julen Lopetegui fue destituido como entrenador del conjunto blanco, algo que se intuía, pero que el presidente blanco no hizo efectivo tras el bochorno vivido en el partido contra el Barça. La actitud mostrada por ciertos jugadores también ha enfurecido a Florentino Pérez y ya trabaja para realizar movimiento significativos durante los próximos mercados de fichajes.
Recordando viejos tiempos
La situación que vive actualmente el Real Madrid no dista mucho de la que en 2006 hizo que Florentino Pérez dimitiera. Sin embargo, en esta ocasión el máximo mandatario no está dispuesto a tirar la toalla. Si bien ha aceptado que la temporada puede finalizar sin títulos, no quiere que sea un desastre.
Imagen de archivo de Florentino Pérez, presidente del Real Madrid / EFE
El presidente blanco está inmerso en un proyecto para mantener al equipo al nivel de clubes europeos que cuentan con mayores ingresos económicos, esos dirigidos por magnates y que se lo han puesto difícil a clubes como el mismo Real Madrid o el Barça. Sin embargo, Florentino Pérez está encontrando todo tipo de obstáculos para llevarlo a cabo.
El más notorio es el proyecto de remodelación del Santiago Bernabéu. A falta de encontrar un inversor para que hiciera frente al gasto, ofreciéndole poner su nombre al feude madridista, Florentino Pérez consiguió aprobar en la asamblea de compromisarios el endeudamiento del club para llevarlo a cabo. Las cifras hablaban de un crédito de 575 millones de euros a devolver en 35 años.
Cambio total
Más allá de los imprevistos en la parcela económica, Florentino Pérez se ha encontrado con una plantilla que no responde a las expectativas esperadas. La marcha de un baluarte como Cristiano Ronaldo intuía que futbolistas como Benzema o Bale, los protegidos del presidente, dieran un paso al frente.
Bale y Benzema celebran un gol / EFE
Sin embargo, ni ellos ni ninguno de sus compañeros se ha mostrado por la labor. Algo que según el entorno cercano del presidente le provoca cansancio, pues está harto de gestionar a “los niñatos millonarios”, como cuentan en El Confidencial que les llama en momentos de enfado. Esto ha llevado a pensar en una renovación considerable de la plantilla, no basta con sustituir al entrenador hasta final de temporada.
El golpe que espera dar Florentino Pérez tiene nombre, Neymar. Para el presidente, que el jugador brasileño llegara al Real Madrid le devolvería al club esa imagen de conjunto temible tanto en el terreno de juego como en los despachos. Pero la tarea no se presenta sencilla y los magnates del fútbol moderno vuelven a aparecer en escena. Los organizadores del Mundial de Catar 2022 quieren que Neymar sea su imagen oficial, y el club más popular en el país asiático es el PSG.
Mantenerse competitivo respecto a otros clubes y devolverle el estatus ganador al Real Madrid va a conllevar más de un quebradero de cabeza para Florentino Pérez. Sin embargo, el presidente del conjunto blanco está dispuesto ha batallar para mantenerse en primera línea.